Aernnova es una multinacional del sector aeronáutico con sede en Vitoria-Gasteiz (Álava), que provee de estructuras metálicas y de composites a los principales fabricantes de aviones como Airbus, Boeing, Bombardier o Embraer.
Cuenta con unos 5000 trabajadores repartidos por plantas en países como Reino Unido, México, Brasil, EEUU y Rumania, y tiene acuerdos en India y China con empresas del sector. En el Estado Español, cuenta con plantas en Vitoria-Gasteiz, Sevilla, Toledo, Cádiz, Tarazona (Zaragoza) y Ourense. Solo en Álava, lugar de origen de la compañía, el grupo Aernnova cuenta con varias empresas diferentes, como Burulan, Gmapsa, AES, AED, AAS Icarus, Fibertecnic, Aerometallic, Aernnova Aerostructuras Álava y Aernnova Aerospace.
En el último periodo el sector aeronáutico ha experimentado un gran crecimiento del que Aernnova se ha beneficiado enormemente. Tan bien les ha ido que han expandido el negocio, adquiriendo nuevas plantas como la de General Electric Aviation en Hamble Reino Unido (que supondrá para la compañía un incremento en la facturación de 200 millones de dólares anuales y su consolidación como uno de los principales proveedores de Airbus), la compra de la empresa de ingeniería norteamericana Brek suministradora del fabricante Boeing o sus movimientos para participar en el proyecto del avión C919 de fabricación china cuyo programa está valorado en unos 10.000 millones de dólares. En cambio, los trabajadores no solo no hemos olido ni un céntimo de todos los beneficios que han amasado sino que hemos sufrido la precarización de nuestras condiciones laborales.
Aumento de los beneficios para Aernnova y precariedad récord para sus trabajadores
La facturación de Aernnova fue de 660 millones de euros de 2016, 700 millones de 2017 y 740 en 2018. Como parte de su estrategia de expansión, Aernnova adquirió en 2018 la empresa de fabricación de componentes metálicos Burulan - que trabajaba ya casi exclusivamente para ella con anterioridad. Tras esta compra la multinacional realizó una gran inversión en maquinaria para hacer frente al crecimiento de la demanda, desarrollando lo que se conoce como industria 4.0, una industria digitalizada y completamente automatizada según la propaganda de la propia empresa.
Sin embargo esto no era más que propaganda destinada a poder obtener, además, ayudas públicas del Gobierno vasco. Por poner un ejemplo, de 2009 a 2015, Aernnova recibió la “modesta” cantidad de 10,5 millones de euros para inversiones en I+D. Sin embargo, la única I+D que ha realizado Aernnova en estos años es la de precarizar cada vez más su mano de obra - como está ocurriendo en Burulan - donde de forma paralela a las inversiones millonarias se está incrementando la plantilla con mano de obra precaria.
La empresa ha pasado de tener unos 70 trabajadores en 2018, cuando fue adquirida por Aernnova, a rondar los 150 trabajadores justo antes del estallido de la crisis del coronavirus. Buena parte de las nuevas incorporaciones han sido trabajadores temporales, llegando a un 40% de eventualidad. Desde el comité, denunciamos el pasado año la política de contratación de la empresa, que consideramos fraudulenta, ya que estos trabajadores temporales están realizando trabajos estructurales. En enero de este mismo año realizamos unas movilizaciones contra la precariedad que dieron como resultado la conversión de varios contratos temporales en indefinidos.
Contra las maniobras de la empresa ¡Es necesaria la unidad entre eventuales e indefinidos!
¡Todos juntos debemos oponernos al ERTE!
Tras el estallido de la crisis sanitaria, lo primero a lo que ha recurrido la empresa es a la destrucción de este empleo temporal. Su intención es eliminar toda la mano de obra temporal y precaria que había acumulado en los últimos meses, presentándonos al resto de trabajadores esta infame práctica como una forma de proteger el empleo fijo de la empresa. La empresa intenta dividir a la plantilla y enfrentar los intereses de los trabajadores fijos a los de los eventuales. ¡No podemos caer en esta trampa! Todo el mundo sabe además que estos trabajadores eventuales están contratados en fraude y deberían de tener las mismas condiciones laborales y derechos que el resto. Hay que defender todos los puestos de trabajo.
Además es completamente falso que una vez que hayan despedido a los eventuales vayan a respetar los puestos de trabajo indefinidos. Todo lo contrario. Tras esta destrucción de empleo, la empresa ha presentado un ERTE por causas productivas y organizativas derivadas del Covid-19, al mismo tiempo que lo ha hecho en casi todas las empresas del grupo. Tienen intención de aplicarlo desde ahora hasta final de año. No podemos aceptar la imposición de estos ERTEs en ninguna de las empresas del grupo. No hay que dejarse engañar por las ofertas que haga la empresa en la negociación del ERTE. Las empresas nunca regalan nada. Solo buscan comprar la firma de los trabajadores y desactivar su resistencia a la regulación de empleo.
Dar el visto bueno al ERTE con la firma, significa el reconocimiento por parte del comité de las causas que lo motivan y ata de pies y manos a los trabajadores para luchar contra futuros ERTEs o EREs. Si después del ERTE las causas productivas que lo motivaron persisten, bien por los efectos de la pandemia o por la crisis del sistema capitalista que se estaba gestando internamente desde hace tiempo y que el coronavirus ha puesto al descubierto, la empresa aplicará con toda probabilidad un ERE de extinción a parte de la plantilla indefinida. Firmar un ERTE ahora supone facilitar despidos en un futuro, ya que la empresa podrá aducir que su situación sigue siendo difícil por causa del Covid-19.
Es inaceptable permitir a la empresa que aplique ERTEs cuando en estos últimos años han obtenido enormes beneficios y se han repartido jugosos dividendos entre los accionistas. Más inaceptable es aún, sabiendo que dichos accionistas, fondos buitre la mayoría de ellos, pretendían embolsarse en calidad de dividendos, 100 millones de euros procedentes de un crédito de 490 millones destinado a inversiones productivas, que se le concedió a Aernnova a principios de este año. Ahora pretenden aprovechar la situación creada por la crisis sanitaria para reestructurar la plantilla y cargar al Estado con toda la masa salarial de sus trabajadores. Esto es verdadero parasitismo que chupa la riqueza que hemos producido la clase trabajadora con nuestro sudor.
¡En defensa de todos los puestos de trabajo!
¡Organizar la respuesta unitaria de todos los trabajadores del grupo contra el ERTE!
Por estos motivos debemos de rechazar todos los ERTEs y organizar una respuesta conjunta a este ataque tan brutal que está llevando la empresa contra todos los trabajadores. Está en juego nuestro futuro. Los ERTEs de hoy, mañana serán despidos. La multinacional intenta dividir a los trabajadores en diferentes empresas. Dentro de cada empresa también intenta dividirnos entre plantilla fija y eventual y ahora con el ERTE, entre trabajadores más o menos afectados por el mismo. Su objetivo es debilitarnos y evitar que actuemos de forma unida para defendernos de los ataques. Tenemos que romper esta estrategia empresarial. Es imprescindible que nos unamos todas las empresas afectadas por un ERTE para organizar la lucha. Si nos unimos todas las empresas del grupo con una consigna unitaria tenemos fuerza suficiente para hacerles frente.
Pero el problema está en que nadie está defendiendo una oposición frontal a la marea de ERTEs que están asolando al conjunto de la clase trabajadora. Las direcciones estatales de UGT y CCOO pusieron en manos de los empresarios la facilidad para aplicar ERTEs de fuerza mayor y por causas productivas derivadas del Covid-19, pero aquí en Euskal Herria, la mayoría sindical - ELA y LAB - en vez de organizar la lucha a nivel general contra los ERTEs y levantar una alternativa que pase por el reparto del empleo entre todos los trabajadores sin reducción salarial - y que sean las empresas las que se responsabilicen con sus beneficios - están aceptando en la práctica la política del mal menor y de forma implícita la lógica de los capitalistas de que la crisis la tenemos que pagar los trabajadores.
¡Sí hay alternativa! Hay que retomar el camino de la huelga general del 30E
El 30 de enero la mayoría sindical convocó una huelga general en defensa del sistema público de pensiones, contra la precariedad y en defensa de los derechos sociales. Esta movilización fue secundada de forma masiva por la clase trabajadora de Euskal Herria, como se demostró en las multitudinarias manifestaciones que se celebraron en muchas localidades, dando una muestra de la voluntad de lucha de los trabajadores cuando se les ofrece unos objetivos claros. Sin embargo, menos de tres meses después, ante una situación de una gravedad sin precedentes para la clase obrera, no hay ninguna estrategia, ni una dirección unitaria que aproveche ese empuje de la huelga general para luchar contra semejante ataque por parte de los capitalistas. Los convocantes de la huelga creyeron correctamente que era el momento de pasar a la ofensiva. Ahora sin embargo toman el camino contrario.
Esta falta de dirección y de estrategia está conduciendo de forma irremediable a la firma de ERTEs en muchas empresas, dificultando la defensa de una alternativa de rechazo y lucha contra los mismos. Se está normalizando que los trabajadores tenemos que aceptar los ERTEs porque no hay otra alternativa ¡Pero claro que hay alternativa!
Esta comienza por plantar cara a los ataques de las empresas, organizándonos, haciendo asambleas donde se discuta un calendario de movilizaciones y uniendo nuestras fuerzas con los trabajadores de las demás empresas del grupo para echar atrás todos los ERTEs y despidos, como hicieron los miles de trabajadores del sector aeronáutico de Sevilla cuando secundaron la huelga que se convocó el 18 de diciembre del año pasado - contra la precarización del sector y los despidos - en la que participaron trabajadores tanto de la empresa principal, Airbus Sevilla, como de las más de 100 fábricas auxiliares en las que las condiciones laborales y salariales son mucho peores. ¡Hay que retomar el camino de la huelga general del 30 de enero! ¡Los trabajadores no tenemos que pagar con nuestros puestos de trabajo ni con nuestros salarios las consecuencias de una crisis que no hemos provocado!