¡Es hora de fortalecer el sindicalismo combativo y recuperar la lucha por nuestros derechos!

Desde antes de la crisis financiera de 2008 y de las sucesivas reformas laborales del PP y PSOE, las conquistas sociales y salariales de la clase trabajadora ganadas en las luchas del último franquismo y de la Transición estaban socavadas y en peligro.

Pero tras aquella sacudida, la situación de las asalariadas y asalariados ha estado marcada por el hundimiento del poder adquisitivo y un retroceso brutal en las condiciones de trabajo, mientras los beneficios empresariales rompen récords año tras año.

Un informe de la OCDE de julio de 2024 es concluyente y desmiente rotundamente el triunfalismo de Pedro Sánchez y de su vicepresidenta segunda Yolanda Díaz.

Desde 1990 hasta finales de 2023 el salario real en el Estado español solo creció un 3,6%, fundamentalmente gracias a las subidas conquistadas en la primera mitad de los 90 y en la segunda mitad de la década del 2000. Pero estás pésimas estadísticas ni siquiera describen la terrible realidad de los sueldos en nuestro país a día de hoy: con relación a 2010 los salarios de 2023 son cerca de un 3,15% más bajos.

Solo basta pensar un poco en estos datos para entender la formidable trasferencia de riqueza que se ha realizado desde el bolsillo de los trabajadores a los capitalistas, y cómo la estrategia de paz social y desmovilización de las cúpulas de CCOO y UGT ha sido un factor clave.

Si nos limitamos al periodo comprendido entre enero de 2010 y diciembre 2023 los beneficios empresariales brutos crecieron un 143,2%. ¡¡récord absoluto!!

Firmando acuerdos regresivos con la CEOE en materia de salarios y pensiones, aceptando recortes de derechos en los convenios colectivos, cediendo sin lucha ante los miles de ERE y ERTE responsables de la destrucción de cientos de miles de puestos de trabajo estables y de su sustitución por contratos precarios y mal pagados, aceptando dobles escalas salariales que condenan a las trabajadoras y trabajadores más jóvenes a la pobreza y, sobre todo, boicoteando activamente los intentos de dar una respuesta a los ataques de la patronal y del Gobierno, los dirigentes de CCOO y UGT se han convertido en la práctica en activos defensores de los intereses del mundo empresarial y financiero.

Esta estrategia, que les ha llevado a una pérdida constante de influencia y autoridad en el movimiento obrero, no ha impedido que los líderes de ambos sindicatos hayan dado pasos cada vez más serios para fusionarse con el Estado y con los intereses estratégicos de la clase dominante.

Su completa pasividad ante el genocidio sionista contra el pueblo palestino, su negativa a impulsar acciones de envergadura para frenar la matanza en Gaza, sus reuniones públicas con los agentes del Gobierno israelí, son una continuación en el plano exterior de su comportamiento en casa. Y justo cuando los tambores de guerra se recrudecen, muestran un apoyo descarado a la agenda imperialista y los planes de rearme de la burguesía europea.

CCOO y UGT a favor del rearme promovido por Trump y la OTAN

Hundiéndose aún más en su papel de servidores del capital, los dirigentes de CCOO y UGT han descubierto las virtudes de la carrera armamentística y belicista promovida desde Estados Unidos, la OTAN y la UE, y a la que se ha sumado incondicionalmente el Gobierno del PSOE y Sumar.

Mientras las grandes firmas del sector del armamento celebran por adelantado, con grandes subidas de sus cotizaciones en bolsa, la lluvia de dinero público que va a llenar sus bolsillos durante los próximos años, los dirigentes de los dos grandes sindicatos se apresuran a dar su aplauso a una deriva militarista que, como la Historia ha demostrado una y otra vez, solo puede desembocar en tragedias para la clase trabajadora.

Unai Sordo, secretario general de CCOO, celebra una imaginaria “autonomía europea en materia de defensa”, cuando los Gobiernos europeos, con la socialdemocracia a la cabeza, siguen ciegamente las instrucciones y órdenes que llegan desde los cuarteles centrales de Washington. Pepe Álvarez, el mismo que reunió con la embajadora israelí mientras los bombardeos masacraban a la población gazatí, va aún más lejos y pide ¡un impuesto para pagar el despliegue militar! Es decir, que de una clase trabajadora cada vez más empobrecida se arranquen recursos para la plutocracia imperialista con la colaboración activa de la burocracia sindical.

¿Cómo es posible que UGT y CCOO no muevan un dedo para luchar seriamente por una sanidad y una educación públicas que están sometidas al desguace y la privatización más furiosa, y sin embargo aplaudan que se desvíen aún más recursos de todos hacia el gasto militar?

Pero lo más inaceptable de esta degeneración política en el que están hundidos estos dirigentes es su silencio cómplice ante el genocidio que está teniendo lugar en Gaza. Las matanzas y la limpieza étnica que está sufriendo el pueblo palestino no son un accidente, está en el corazón mismo de la política militarista que la OTAN, EEUU y la Unión Europea defienden. La industria militar israelí, de la que el actual “Gobierno progresista” es un excelente cliente y, al mismo tiempo proveedor, pruebe sus armas más letales segando vidas inocentes en Gaza y Cisjordania, y tiene reservado un papel estelar en los grandes negocios que la carrera belicista va a generar.

 ¡Abajo la paz social! ¡Alto a la complicidad con el genocidio palestino!

A pesar de todos los esfuerzos de la burocracia de CCOO y UGT, la lucha de los trabajadores, de los sectores más arrojados del sindicalismo de clase, de la juventud estudiantil, se abre camino, y a pesar de la dureza de la represión que estamos sufriendo, como dan testimonio las condenas a los 6 de La Suiza, el proceso a los 7 de Acerinox, el caso de los 6 jóvenes antifascistas de Zaragoza encarcelados, de las 7 de Somosaguas y de los años en prisión que lleva Pablo Hásel, las movilizaciones en solidaridad con el pueblo palestino, en defensa de la sanidad y la educación públicas, por el derecho a la vivienda y contra el enriquecimiento de los caseros rentistas, o del feminismo de clase y revolucionario, están llenando las calles de todo el país.

La lucha de clases se expresa una y otra vez, y lo hace con fuerza para frenar el avance de la extrema derecha también.

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Profundizando en su papel de servidores del capital, los dirigentes de CCOO y UGT han descubierto las virtudes de la carrera armamentística y belicista promovida desde EEUU, la OTAN y la UE, y a la que se ha sumado el  Gobierno del PSOE y Sumar. 

Hay numerosos ejemplos de cómo las trabajadoras y trabajadores sobrepasan a unas cúpulas sindicales que les han dado la espalda, adoptando métodos de autoorganización basados en las asambleas democráticas y decisorias para impulsar una batalla seria y que llegue hasta el final. El ejemplo de los y las docentes de Madrid organizadas en Menos Lectivas, que han llevado a cabo numerosas huelgas de la enseñanza pública y manifestaciones multitudinarias, muestran un camino importante para el sindicalismo combativo.

Ahora más que nunca es fundamental trabajar para la unificación de las luchas en una movilización mucho más contundente, que pueda desembocar en la convocatoria de una gran huelga general. Parar el genocidio en Gaza, acabar con el negocio especulativo de la vivienda, con los ataques a la sanidad y la educación, y renacionalizar sectores estratégicos como el de la electricidad, son parte de una misma lucha contra el capitalismo depredador y los Gobiernos que se someten a sus intereses.

Desde Sindicalistas de Izquierda, la plataforma en la que nos agrupamos cientos de delegados y delegadas de diferentes ámbitos, sectores y organizaciones sindicales, que impulsamos una acción sindical combativa, de clase y democrática, proponemos un programa de lucha que una nuestras fuerzas.

1.- ¡Basta ya de recortes sociales! En defensa de la sanidad pública, contratación inmediata de decenas de miles de trabajadores y trabajadoras sanitarias para garantizar una sanidad de calidad. Nacionalización de la sanidad privada y de los monopolios farmacéuticos.

2.- Plan de choque para rescatar la enseñanza pública. Gratuidad total de la educación desde infantil hasta universidad y FP. Fuera la religión de los centros de enseñanza. Ni un euro del presupuesto público para la privada y concertada.

3.- Recuperación de la gestión pública de los servicios públicos privatizados, manteniendo y ampliando las plantillas y respetando los derechos laborales.

3.- Recuperación del poder adquisitivo de los salarios. Elevación del SMI a 2.000 euros mensuales en 14 pagas. ¡Basta ya de beneficios récords del Ibex a costa de robarnos y explotarnos! Reducción de la jornada laboral a 32 horas semanales.

4.- Equiparación de la pensión mínima al SMI. Jubilación a los 62 años con contratos de relevo,

5.- No a la violencia machista, la discriminación patriarcal, la xenofobia, el racismo, la discriminación LGTBI y la transfobia en los centros de trabajo. A igual trabajo, igual salario. Medidas efectivas y no discriminatorias de conciliación de la vida laboral y la vida personal.

6.- Derogación de la Ley de Extranjería y de los CIEs. Combatir el racismo otorgando todos los derechos a los inmigrantes y sus familias.

7.- Expropiación de las viviendas y el suelo en manos de bancos, fondos buitre, especuladores y caseros rentistas, para constituir un parque de vivienda universal de titularidad pública con alquileres no superiores al 20% del SMI, y que esté bajo control y gestión democrática de los Sindicatos de Inquilinas y de la Vivienda.

8.- Tope a los alquileres, con una rebaja del 50% en la media de los precios actuales. Contratos indefinidos de alquiler que protejan a los inquilinos y prohibición de las cláusulas abusivas. Prohibición por ley de los desahucios.

9.- Para garantizar una vida digna y el pleno empleo, nacionalización de la banca y los grandes monopolios bajo control de los trabajadores.

10.- ¡Fuera la Ley Mordaza y los montajes policiales! ¡Libertad para los presos políticos, represaliados sindicales y todas las encarceladas por luchar!

11.- Contra las políticas de rearme imperialistas. No a los presupuestos militaristas de la UE y del Gobierno PSOE-Sumar. Salida inmediata de la OTAN.

12.- Por el internacionalismo proletario. Ruptura inmediata de relaciones diplomáticas, comerciales y militares con el Estado genocida de Israel. ¡Abajo las guerras imperialistas y el militarismo!


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