El movimiento Menos Lectivas ha movilizado a miles de profesores de infantil, primaria y secundaria. Las jornadas de huelga ejemplares de febrero y mayo, a las que se suman las decenas de asambleas en los centros y la movilización del pasado 25 de septiembre, está poniendo encima de la mesa que sólo la lucha desde abajo, democrática y participativa podrá recuperar los derechos robados por los recortes y privatizaciones del Partido Popular.
Que la situación en la escuela pública madrileña es un desastre, lo sabemos todas y todos. Maestros, estudiantes y familias nos enfrentamos a horas lectivas abusivas, a una burocracia que sólo entorpece nuestra actividad docente, aulas colapsadas por ratios imposibles, segregación, falta de recursos…
Y mientras, la privada y la concertada viven su siglo de oro. La Consejería de Educación del PP gobierna para ellos, para los empresarios que hacen de un derecho básico un negocio muy fructífero. Las provocaciones contra el movimiento docente han sido muchas. Desde la ruptura de las negociaciones con los sindicatos de la mesa sectorial el curso anterior o las declaraciones del consejero de Educación Emilio Viciana, sobre que “este va a ser el mejor inicio de curso en mucho tiempo”. Mentiras descaradas que sólo añaden más leña al fuego.
Que hay que luchar contra la degradación que nos impone el Partido Popular es evidente. La cuestión duda está en cómo. Qué plan necesitamos, cuál es la mejor herramienta y cómo tenemos que seguir ampliando nuestra organización centro a centro.
Este debate, que existe en todos los movimientos vivos y combativos, ha vuelto a salir a la luz con respecto a la convocatoria de huelga anunciada por los sindicatos de la mesa sectorial – CCOO, ANPE, CSIF y UGT–, como respuesta a la suspensión “por motivos sobrevenidos de agenda”, como justificó Viciana, de la reunión del 12 de septiembre planificada con la Consejería de Educación.
No somos sectarios, pero si queremos avanzar y torcer el brazo a Ayuso tenemos que ser muy claros. La cúpula dirigente de CCOO y UGT, no sus afiliados, han jugado un papel nefasto en los últimos años en el terreno educativo, imponiendo una situación de parálisis que sólo ha beneficiado al Gobierno de la CAM.
Estos mismos dirigentes, que llevan meses de negociaciones interminables en la mesa, se opusieron a las convocatorias de huelga de febrero y, aunque en mayo acabaron convocando fruto de la enorme presión por abajo del profesorado y las asambleas, la realidad es que esas protestas fueron organizadas desde abajo por las asambleas docentes de Menos Lectivas, CNT, STEM y CGT.
La convocatoria de los días 29 de octubre y 21 de noviembre se ha decidido al margen de las asambleas, sin intercambiar palabra con los sindicatos que han estado organizando esta lucha centro a centro, y sí, nos huele mucho a una maniobra para lavarse la cara y continuar con sus negociaciones con la Consejería a espaldas de todas nosotras.
Queremos unidad, sí, pero unidad para luchar. El movimiento de Menos Lectivas ha supuesto un duro golpe a la estrategia sindical a la que las burocracias de CCOO y UGT están acostumbradas. Muchos afiliados de estos sindicatos han roto su carné. Otros, que continúan afiliados, están participando activamente en Menos Lectivas, codo a codo con otros compañeros de otras plataformas. Esta es la unidad que queremos: por abajo.
Lo que ha sucedido con la enorme manifestación en defensa del derecho a la vivienda nos deja grandes lecciones. Tenemos que reflexionar. Una manifestación masiva, convocada por miles de activistas, vecinos y vecinas, plataformas combativas como el Sindicato de Inquilinas, que se han dejado la piel en difundir y construir desde abajo esta protesta. Una manifestación que desbordó las maniobras de aquellos que pretendían que imperaran los discursos light y desapareciera la crítica al Gobierno central.
Eso es lo que tenemos que hacer el 29 de octubre. La asamblea extraordinaria de Menos Lectivas del lunes 14 de octubre, apoyó con un 63% de los votos sumarnos a las dos fechas de huelga. Evidentemente, un resultado que expresa la enorme voluntad de lucha de las docentes y profesoras.
Queremos que la huelga sea un éxito, sí, porque de lo contrario los sindicatos de la mesa sectorial y el Gobierno de la CAM lo utilizarán para desprestigiarnos. Y que esa huelga sea un éxito depende de nosotras, de nadie más.
Desde Menos Lectivas hay que organizar y ponerse a la cabeza de esa jornada de huelga con los métodos que nos han hecho llegar hasta aquí: con piquetes por la mañana, concentraciones en los barrios, asambleas de docentes y estudiantes, comités de huelga y, por supuesto, con un enorme bloque combativo en la manifestación de por la tarde.
Y después de ese día, tenemos que volver a sentarnos, debatir y compartir puntos de vista, y construir un plan. Necesitamos un programa y lo necesitamos de forma urgente.
Como docentes activistas y militantes de Izquierda Revolucionaria creemos que la mejor forma de volver a golpear es uniendo las fuerzas de docentes y estudiantes en una nueva huelga general de 72h, organizando una gran jornada de lucha antes de que termine el año, llamando a la solidaridad y a la unidad al resto de las luchas por todos los servicios públicos que también están en la diana de la derecha, como es la sanidad o la vivienda pública.
Estos son los pasos que, honestamente, creemos que pondrían contra las cuerdas a quienes destruyen la educación pública y a quienes durante tantos y tantos años les han permitido hacerlo.