La política criminal de Gobierno y Dirección de Correos de mantenernos en las calles y en los centros de trabajo sigue cosechando dramáticos resultados. A día 31 entre la plantilla tenemos 731 casos positivos, 2022 trabajadores en cuarentena y 793 centros afectados.

La empresa persiste en su actitud de desprecio total hacia nuestras vidas y la de la población en general. El protocolo de seguridad está siendo incumplido constantemente. En este se recoge que si en un centro de trabajo aparece un caso positivo toda la plantilla debe irse de cuarentena, en realidad lo que se está haciendo es cerrar uno o dos días el centro, limpiarlo y vuelta al trabajo de los mismos compañeros que han estado compartiendo el mismo espacio con el compañero infectado. ¡Cómo no va a aumentar así vertiginosamente el número de trabajadores enfermos!

No solo nos están manteniendo en activo a pesar de que la inmensa mayoría de productos postales que trabajamos son absolutamente prescindibles en estos momentos sino que además nos están incrementando el volumen de trabajo, con la clara intención de convertir esta situación en permanente aprovechándose de la crisis del coronavirus.

La semana pasada Correos declaró a los mayores de 60 años como grupo de riesgo, esto sumado a la creciente alarma entre la plantilla hizo que muchas compañeras y compañeros se fuesen para sus casas. La decisión de la Dirección para suplir la falta de estos compañeros está siendo la de no contratar y ordenarnos al resto realizar su trabajo. Es decir, en plena crisis sanitaria cuando se está confinando a la población, a los carteros se nos obliga a ampliar nuestros desplazamientos laborales con el riesgo que eso conlleva.

En mi cartería en Salas (Asturias) donde estamos siete trabajadores, una compañera y un compañero se acogieron a su condición de grupo de riesgo. Ante la orden de realizar su trabajo los cinco restantes nos hemos negado a ello. Debido a esto el día 31 recibimos la visita de nuestro Jefe de Sector. La intención era clara, presionarnos bajo amenazas del tipo de obligarnos a trabajar todos los días (desde el Decreto estamos trabajando días alternos para evitar la masificación en los centros). Ante el vergonzoso discurso del representante de la empresa con joyas como que “los carteros infectados lo están por no haber guardado las medidas de seguridad pertinentes” (mantener la distancia con los ciudadanos, lavarse las manos, etc) o que “la empresa no contrata porque ¡¡los eventuales no quieren trabajar!!”, (nos consta que es mentira, no están llamando) la plantilla se mantuvo firme en su negativa.

Nuestros argumentos fueron por un lado que realizar el trabajo de los otros compañeros haría caer por los suelos la calidad del servicio ya de por si totalmente depauperada y por otro el tremendo riesgo que ello conlleva. Somos carteros rurales en Asturias, entrar a repartir correo en pueblos desconocidos sin direcciones significa que para desempeñar nuestra labor deberíamos preguntar continuamente a los vecinos, es decir, incrementar el contacto físico.

Además somos plenamente conscientes de las intenciones por parte de la Dirección de Correos; los carteros rurales estamos adscritos por contrato a unas circunscripciones laborales perfectamente delimitadas y medidas en kilómetros. La empresa lleva años intentando sacarnos de ellas para que realicemos trabajo en las de otros compañeros y ahora, apoyándose en la situación de estado de alarma, intentan aprovechar la oportunidad para cambiar radicalmente nuestras condiciones laborales. Sabemos que si hoy caemos en esta trampa la empresa nos obligará a hacerlo tras el paso de la pandemia.

Tras la citada reunión el representante de la empresa se marchó muy enfadado a informar a RRHH y amenazándonos con un comunicado en los próximos días, evidentemente sabemos que las presiones continuarán pero no podemos aceptar esta pretensión ya que esta sin duda serviría de precedente. Que lo intenten en la actual situación es absolutamente despreciable.

Lamentablemente los sindicatos con presencia en la empresa, incluido el mío, han caído en la trampa de que la necesidad de prestar el Servicio Postal Universal (SPU) en una situación excepcional sirva para modificar nuestras condiciones laborales. Nos hemos encontrado solos en esta batalla pero hemos podido comprobar que cuando la plantilla cierra filas somos capaces de frenar sus planes.

Sabemos que la dirección de Correos está consiguiendo imponer estas nuevas condiciones en otros centros de trabajo vecinos al nuestro, por eso queremos hacer llegar nuestra experiencia al resto de compañeros y compañeras, si todos nos negamos podremos echar para atrás estas medidas. Nuestra verdadera fuerza radica en nuestra unión y organización. El sindicalismo combativo hoy más que nunca se convierte en un referente para la clase obrera.

Contáctanos y únete al sindicalismo combativo para defender nuestros derechos. Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 


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