El pasado 14 de enero la inseguridad laboral en la petroquímica de Tarragona volvió a matar. El accidente en Industrias Químicas del Óxido de Etileno (Iqoxe) causó la muerte de dos trabajadores y un vecino del barrio de Torreforta, a tres kilómetros de la fábrica.

La explosión se produjo en una planta inaugurada en julio de 2019 dedicada a la producción de óxido de etileno, necesario para la elaboración de productos químicos orgánicos. Este producto químico puede producir, según el Ministerio de Salud, graves patologías para los seres humanos.

Iqoxe, que tiene el monopolio de la producción en el Estado español y Portugal, logró en 2018 un beneficio neto de 18 millones de euros. Su propietario es Ricardo Leal, dueño de la empresa de joyas Cristian Lay (la más importante junto a Tous) y la mayor fortuna extremeña, siendo propietario de Gas Extremadura y de otras empresas, como papeleras o del sector agropecuario.

Vuestros beneficios, nuestros muertos

Este nuevo accidente mortal se une a una larga lista en el sector industrial de la provincia de Tarragona. El 31 de mayo de 2019 hubo otra explosión en la empresa Carburos Metálicos, en La Pobla de Mafumet, que causó la muerte de un trabajador y una docena de heridos. Solo entre enero y julio de 2019 se registraron cerca de 60.000 accidentes laborales y 56 muertes en Catalunya, y desde que entró en vigor la reforma laboral los accidentes han aumentado un 36%.

Los capitalistas y los medios de comunicación a su servicio intentan presentarlos como producto de la mala fortuna o la casualidad, pero la realidad es que la amenaza mortal para la salud y el medioambiente que suponen estas empresas es resultado de sus recortes en medidas de seguridad y derechos laborales para llenarse los bolsillos.

La adquisición de Iqoxe significó una reducción del número de trabajadores, insuficiente para garantizar la seguridad del centro de trabajo. La plantilla lleva tiempo denunciando esa falta de personal, entre otras cuestiones. De hecho, Inspección de Trabajo abrió cuatro expedientes sancionadores graves a esta empresa, relacionados con la seguridad laboral, con las condiciones de trabajo, la falta de formación y por no haber actualizado la evaluación de los riesgos laborales entre 2015 y 2017.

Otro aspecto que se ha puesto en evidencia es que el Plan de Prevención de Riesgos Químicos de la Generalitat no ha funcionado tras la explosión. Esta situación había sido denunciada por diferentes organizaciones sindicales a la Generalitat.

¡Contra la inseguridad laboral y por la salud en nuestros barrios!

El accidente de Iqoxe y el crecimiento de la inseguridad laboral en la petroquímica ponen en evidencia el fracaso del sindicalismo de pactos y desmovilización practicado por los dirigentes de CCOO y UGT. Las masivas movilizaciones de respuesta al accidente protagonizadas por los trabajadores y vecinos han sido decisivas para que estos mismos dirigentes sindicales hayan tenido que convocar una huelga general en los polígonos norte y sur de la petroquímica para el próximo 19 de febrero. Se trata de un hecho enormemente positivo y que debe servir para fortalecer la lucha en defensa de unas condiciones laborales dignas y seguras, la salud pública y el medio ambiente.

Pero esta huelga debe organizarse de forma rigurosa por el conjunto de las fuerzas sindicales, con propaganda que llegue al conjunto de la población, debatida y votada democráticamente en asambleas en cada empresa. Hay que preparar ya su extensión al conjunto de la industria de las comarcas tarraconenses. Además tiene que servir para cohesionar las plantillas y coordinar todas las necesidades de las plantillas de cada empresa en una tabla reivindicativa común.

Hay que exigir medidas urgentes y planes de inversión en la petroquímica y demás empresas de la comarca que garanticen la seguridad tanto de los trabajadores como del conjunto de la población. También hay que exigir el juicio y castigo de todos los responsables de esta negligencia y de los recortes que han provocado este accidente, empezando por el empresario de Iqoxe, Ricardo Leal.

Esta movilización debe ir unida a un plan que continúe la lucha hasta conseguir estas reivindicaciones y sumar la exigencia de que se nacionalice el conjunto de la petroquímica, así como otras empresas contaminantes o peligrosas, bajo el control de los trabajadores. Esta es la única garantía para evitar que tragedias como las de Iqoxe sigan produciéndose.

Para recuperar los derechos laborales y sociales que nos han arrebatado y conseguir mejorar nuestras condiciones de vida ¡la lucha es el único camino!


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