Ayer, 9 de julio, se celebraron las elecciones sindicales en los astilleros de Navantia. La CGT se presentaba por primera vez en la factoría de Ferrol, y sus resultados superaron todas las expectativas: 3 delegados, superando en voto a la UGT globalmente y también a la CIG en el colegio de Técnicos. Y cabe destacar también que quedamos a sólo un voto de obtener un cuarto delegado.
Todos los inicios son difíciles, y más en una industria de tanta tradición sindical como los astilleros ferrolanos. Por tanto, esos 3 delegados son un resultado muy bueno que representa un apoyo a un sindicalismo de clase coherente.
Pero junto a este resultado de CGT, también hay que destacar el severo retroceso de CCOO, que perdió dos delegados, quedándose en 9 (baja de los 10 por primera vez). También es la primera vez que baja del 40% de los votos. De hecho, CCOO se dejó en estas elecciones diez puntos porcentuales (del 47% de 2015 al 37% de ahora). Este retroceso es la consecuencia de su actuación en los últimos años, colaborando activamente con la empresa para recortar los derechos del convenio.
Por eso estos resultados también representan un claro rechazo de los trabajadores a la dirección de Navantia, cuyos intentos de interferir en estas elecciones fueron descarados: organización de un fraude en el censo electoral de la factoría de San Fernando (inflado por la empresa con gente de Cartagena para que el comité de esa factoría no perdiese cuatro delegados), parcialidad escandalosa del jefe de Personal de Ferrol, que actuó como tal desde la presidencia de la Mesa electoral central, anuncios de promociones y aumentos salariales en el día de ayer... Pero la gente es más inteligente de lo que algunos se piensan, y todas estas maniobras, algunas de claro tufo caciquil, sólo sirvieron para reforzar la imagen de CCOO como sindicato afín a la dirección.
La CGT en Navantia-Ferrol tiene ante sí ahora la tarea de construir una herramienta para que los trabajadores podamos defender nuestros intereses de clase ante los intentos de hacernos retroceder laboral y socialmente.
