El martes 19 de enero, cientos de jóvenes y trabajadores, compañeros, camaradas, hermanos de lucha, dimos nuestro último adiós a Vitorino Gonzalo, “Gonzalín”, histórico militante y fundador de la Corriente Sindical de Izquierda. Un ejemplo, una inspiración, un hombro en el que siempre pudimos apoyarnos. Uno de los imprescindibles, que luchan toda una vida, con generosidad, sin pedir nada a cambio. Solo porque hay que hacerlo, porque “a los trabajadores, es lo que nos toca”. Le despedimos como él hubiera querido que lo hiciéramos. En un acto sencillo, pero comprometido, reivindicativo y militante. En la calle, a las puertas de la casa sindical de donde tantas veces salió él mismo para acudir a una y mil movilizaciones. Arropado por la bandera del partido comunista y de la CSI, y acunado por la Internacional, que el martes cantamos, puño en alto, con más emoción que nunca. Porque la solidaridad y la fe inquebrantable en la unidad de la clase trabajadora fueron los principios que guiaron toda tu vida, dedicada a la lucha revolucionaria. Y te despedimos como si no te hubieras ido, como si siguieras caminando entre nosotros, como si estuvieras entre los que prendieron la barricada, de esta última manifestación en la que recordamos tus recientes palabras, ya en el hospital, parafraseando al Che Guevara: “Que no lloren por mi, ¡soy viento de libertad!”.
¡Hasta siempre, compañero! ¡Seguiremos en la lucha!