Los sindicatos LAB con una representación del 52%, ELA 46%  y UGT 2% en Gipuzkoa en unidad de acción llamaron a los trabajadores a ocho días de huelga alternos en los meses julio, septiembre y octubre para conseguir un convenio provincial digno en Artes Gráficas. Las principales reivindicaciones eran una subida salarial para los años 2019 y 2020 del IPC+ 2,75; la eliminación de las categorías más bajas y una puntuación mínima del 1,47; una reducción de la jornada anual de 16 horas; la obligatoriedad del contrato relevo si lo solicitase el trabajador o la trabajadora; mejoras en prevención, en igualdad, en licencias…y blindar el convenio ante la amenaza de un convenio estatal a la baja. Los días de huelga tuvieron un seguimiento mayoritario del 70-80% en el sector pero la patronal ADEGI continuó ignorando las demandas de los trabajadores.

Ante la resistencia de los empresarios los sindicatos convocaron otros cinco días de huelga para la semana del 4 al 8 de noviembre.  En la víspera de la semana de huelga el sindicato LAB en solitario ha firmado un preacuerdo con la patronal y ha desconvocado la huelga de noviembre. El preacuerdo  recoge principalmente una subida salarial para el año 2019 y 2020 del IPC+0,6 y subida para el año 2021 del IPC+0,75; eliminación de las dos categorías más bajas puntuación 1.16 y 1.21; según LAB, una cláusula de blindaje frente al convenio estatal; una adaptación de las leyes de la jurisprudencia en relación a las ETT y unas licencias.

Los trabajadores tenemos fuerza para conseguir todas nuestras justas reivindicaciones

Los trabajadores gráficos tenemos fuerza para avanzar en la movilización y dar un paso adelante en la presión. El plan de lucha a seguir era claro: debíamos dirigirnos a todos los trabajadores del sector, visitando todas las empresas que se pudiera, priorizando aquellas en las que se sepa que la represión patronal es más acusada; de esta forma aumentaríamos la confianza de los trabajadores y debilitaríamos la de la patronal. También era necesario convocar asambleas en las empresas, para reforzar los argumentos a favor de la lucha y así poder basarnos en la fuerza y solidaridad de todos los trabajadores de Gipuzkoa.
 
En general, la experiencia nos está mostrando que conquistar mejoras en nuestras condiciones de trabajo o incluso mantener los derechos alcanzados, está exigiendo luchas más largas y duras. En los ocho días de huelga, ha sido muy positivo que nos hayamos movilizado junto con los trabajadores del sector del papel de Gipuzkoa que también estaban luchando por el convenio. Estos lo han conseguido. Este es el camino, la unidad en la movilización de los trabajadores del sector y la de los sectores en lucha es nuestra mayor fuerza. La clase trabajadora constituye la mayoría aplastante de la sociedad. En las huelgas demostramos quién pone realmente en funcionamiento, o no, cada día la sociedad.
 
En este estadio de la lucha, era vital unificar las luchas que muchos trabajadores de la provincia están llevando a cabo en muchas empresas y sectores. Había que avanzar en la elaboración de una plataforma reivindicativa común (cada sector tiene problemáticas específicas, pero las cuestiones de fondo, como subidas salariales, jornada laboral, ritmos de trabajo, derechos sindicales, etc, son comunes). Un primer paso en este camino podría haber sido por ejemplo una manifestación unitaria como lo han hecho en Bizkaia los trabajadores del metal.
 
También era necesaria la propaganda y la socialización de la lucha. Habría que haber hecho una hoja informativa y repartirla en los polígonos industriales y mercados de los pueblos y comarcas convocando a la manifestación y haciendo un llamamiento a la solidaridad y a la participación en ella a todos los trabajadores y a los sectores en lucha como los pensionistas, los trabajadores de las residencias, los trabajadores de la enseñanza… a las organizaciones juveniles y sociales. Juntos somos más fuertes. La unidad de las luchas es más necesaria para golpear con más fuerza. Unidos en la lucha somos invencibles.

Ante la semana de huelga de noviembre, en el plan de movilizaciones planteado por los sindicatos, nada de lo anterior se ha realizado y ahora en la víspera de la huelga el sindicato LAB ha firmado un preacuerdo con la patronal y ha desconvocado la huelga del 4 al 8 de noviembre. En los próximos días se votará en las asambleas de las empresas el preacuerdo para ser firmado o no el 11 de noviembre. Es necesario continuar la lucha por nuestras reivindicaciones hasta que la patronal se vea obligado a ceder.

Es posible continuar con la lucha si hay clara voluntad de organizarla
 
En este contexto, el sindicato ELA tiene una gran responsabilidad. ELA tiene la suficiente influencia e implantación para oponerse al preacuerdo alcanzado por LAB y seguir adelante con la convocatoria de movilizaciones. Realizando una campaña masiva de asambleas en las que se debata democráticamente los pasos a seguir se conseguirá que los trabajadores volvamos a secundar mayoritariamente las huelgas y sería el método para convencer a los afiliados y simpatizantes de LAB para que también participaran. Ese es el único camino posible que debe tomar un sindicato combativo.
    
Necesitamos un sindicalismo de clase, combativo y democrático, que impulse y unifique la lucha de la clase obrera, confrontando con la patronal y no cediendo ante su chantaje. 
Es necesario construir una alternativa revolucionaria que luche por la transformación socialista de la sociedad, para acabar definitivamente con la dictadura de un puñado de grandes empresarios.
¡Por un convenio digno la lucha es el único camino! 

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