A principios de febrero, tras la constitución legal de nuestra sección sindical y la comunicación de tal hecho a la dirección de Navantia, la CGT le solicitó a la empresa un correo electrónico corporativo, que nos fue denegado. Tras esa negativa, y dado el silencio del comité ante nuestra petición de que interviniese para que se nos facilitase el correo, denunciamos a la empresa ante la Inspección de Trabajo, que resolvió a nuestro favor.
 
Pero la Inspección no sólo se pronunció sobre el correo, sino que requirió a la empresa “para que proporcione a la sección sindical de la CGT los mismos medios técnicos y materiales para facilitar su difusión y comunicación que a las restantes secciones sindicales, advirtiendo que de no hacerlo así estaría incurriendo en lesión a los derechos de los representantes legales de los trabajadores, tipificado como infracción en el artículo 7.8 de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social”. Dicho artículo tipifica la infracción como grave.
 
La resolución de la Inspección se basó ni más ni menos que en una sentencia del Tribunal Constitucional, que la resolución cita: “El legislador (...) contempla también obligaciones de terceros dirigidas a la promoción de ese derecho (contenido adicional del derecho a la información sindical), esto es, acciones positivas favorecedoras de la comunicación entre el sindicato y los trabajadores. Lo hace imponiendo cargas al empresario, como la de facilitar en determinados casos a las secciones sindicales de los sindicatos más representativos o con implantación en la empresa ciertos medios materiales, instrumentales para el mejor desenvolvimiento de la actividad sindical y en particular de la difusión de la información sindical. Así ocurre con los derechos a un tablón de anuncios y a un local adecuado en aquellas empresas o centros de trabajo con más de doscientos cincuenta trabajadores” (los subrayados son nuestros).
 
¿Tiene la CGT implantación en Navantia-Ferrol? Sí. ¿Tiene Navantia-Ferrol más de 250 trabajadores? También.
 
Por tanto, apoyándonos en la resolución de la Inspección, el pasado 16 de mayo solicitamos a la dirección de Navantia un local para nuestra sección sindical (tanto más necesario dada la cercanía de las elecciones sindicales). La única condición que pusimos fue que tenía que estar en la planta baja del edificio del comité, al igual que los locales de las restantes secciones sindicales. En la planta baja hay actualmente tres locales que no están ocupados por ninguna sección sindical, pero no pedimos ninguno en particular.
 
Desde esa fecha, nos interesamos en varias ocasiones por el tema: primero, que si tenían que consultar con Madrid; después, que si había que comunicárselo al comité, etc., etc. El martes de la semana pasada volvimos a hablar con la empresa, le dijimos una vez más que no había absolutamente ningún motivo para que la CGT no pudiese disponer de inmediato del local que la ley nos otorga y le exigimos que nos lo facilitase antes del lunes 10, día en que comienza el proceso de las elecciones sindicales. Estamos a 10 y seguimos sin local.
 
Pero si esta actitud boicoteadora por parte de la dirección de Navantia contra la CGT es impresentable, aún es más impresentable que el comité de empresa la comparta. Actuando, una vez más, en comandita con la dirección (como en tantas otras cosas: implantación del modelo de empresa basado en la subcontratación masiva, degradación de las condiciones laborales de los trabajadores de la IA, recortes en el convenio de la principal...), el comité de empresa se niega a que la CGT disponga de un local, alegando que no tenemos derecho a él. ¡Como si eso lo decidieran ellos! 

En fechas recientes, el comité se negó a poner a votación en la asamblea general propuestas que no le gustaban, abandonando su presidente la misma llevándose el micrófono consigo. Ahora, pasándose por el arco del triunfo una resolución de la Inspección de Trabajo y una sentencia del Tribunal Constitucional, el comité se niega a que la sección sindical de la CGT tenga un local. ¿Cuál será el siguiente paso en esta deriva? ¿Decir que los tablones de anuncios son suyos y que la CGT no puede colocar comunicados? ¿Decretar que la CGT no puede presentarse a las elecciones sindicales?
 
La CGT no toleró el atropello antidemocrático por parte de la dirección de Navantia cuando nos negó el correo electrónico, y tampoco vamos a tolerar este nuevo atropello antidemocrático por parte de la empresa y el comité. Y si se creen que sumando sus fuerzas van a tener más éxito que con el correo, ya les decimos que se van a volver a equivocar.
 
Todo esto es muy grave. Pero no sólo por lo que tiene de vulneración de los derechos democráticos de la CGT y de violación de la ley, sino sobre todo porque demuestra la DEGENERACIÓN que sufren algunos sindicatos, especialmente CCOO, cuyos dirigentes actúan cada vez más en connivencia con la empresa. 
Esta violación de los derechos de la CGT es un ataque contra todos aquellos trabajadores/as que queremos un movimiento sindical que sea una herramienta de lucha para la defensa de nuestros intereses de clase, no un apéndice de las direcciones de las empresas. En este sentido, si hoy, día que comienza el proceso electoral, no se pone a disposición de nuestra sección sindical uno de los tres locales disponibles en la planta baja del edificio del comité de empresa, tomaremos todas las medidas que hagan falta para acabar con estos comportamientos dictatoriales dignos de una empresa franquista y de su Sindicato Vertical.
 
Hacemos un llamamiento a todos los trabajadores con conciencia de clase a fortalecer la CGT, el único sindicato que no se resigna, el único sindicato que está demostrando voluntad, firmeza y coherencia a la hora de defender los intereses de los trabajadores frente a la empresa.
 
¡ PARA QUE LAS COSAS CAMBIEN, ELIGE CGT ! 
 

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