A continuación publicamos el artículo aparecido en "El Boletin" sobre la situación de los centros para personas sin hogar.
Personas sin hogar durmiendo en sillas, butacas o incluso en el suelo. No es algo que suceda exclusivamente en las calles de Madrid, también ocurre en los centros que, presuntamente, se hicieron para evitarlo. Los centros para personas sin hogar de la ciudad no dan abasto y son muchos usuarios los que malviven entre sus paredes.
Los trabajadores de los centros – con gestión privatizada – llevan varios meses criticando la falta de empatía en un gobierno municipal que prometió remunicipalizar los servicios públicos y sociales que funcionaran de manera deficiente. Sin embargo, según denuncian los trabajadores y los sindicatos, el consistorio de Manuela Carmena ha olvidado sus promesas.
Esa es la razón por la que esta tarde (18:00) se llevará a cabo una movilización frente al centro Puerta Abierta de Madrid (metro La Peseta) bajo el título de “sigue la lucha en atención a personas sin hogar del Ayuntamiento de Madrid”.
La protagonizan los trabajadores de los centros para personas sin hogar, CCOO y UGT, que claman contra una gestión del servicio totalmente privatizada y “deficiente”. La precariedad es una denominador común en unos centros gestionados por empresas como Asispa o Aebia.
Largas listas de espera en los albergues (lo que obliga a muchas personas a malvivir en las calles), en muchos de estos centros no se dispone de camas, no existe protocolo de actuación ante casos de violencia de género, e incluso el diseño de la red se acerca más al asistencialismo y la beneficencia que a una intervención social transformadora.
“Desgraciadamente, los responsables municipales del Área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo (con Marta Higueras al frente) defienden un modelo neoliberal de gestión de los Servicios Sociales, manteniendo la privatización y por tanto primando los beneficios empresariales sobre la calidad tanto del empleo creado con dinero público como de los servicios prestados a la ciudadanía”, denuncian los trabajadores del Centro de La Rosa.
