La educación infantil en nuestro país es un gran negocio que se ha ido convirtiendo en un filtro elitista para los que se la puedan pagar. Precisamente, se está poniendo en peligro su carácter universal, olvidando aquellas políticas públicas que cambiarían la situación presente de tantas familias que solo cuentan con una renta precaria y una situación laboral inexistente. Los Estudios Sociales y de Sociología Aplicada señalan que “la clase social se hereda: ocho de cada diez niños pobres lo serán de adultos, pues los centros de servicios sociales y en los espacios de las entidades que trabajan en la acción social se esté atendiendo a los nietos de aquellos a los que acompañaron hace treinta años”. Pero uno de los factores que también está precarizando la vida de tantas familias y sus menores es la privatización de la Educación Infantil, la cual cuenta con una ingesta cantidad de pequeñas empresitas, atomizadas, que dirigen la escuela, siendo la misma dueña del centro la que lleva toda su actividad. En el sector podemos encontrar a un personal que no suele tener muchas oportunidades de crecimiento y mejoras en su nivel salarial, donde su situación no es nada alentadora, pues se está impulsando el control del sector en régimen de monopolio. En la Comunidad de Madrid, al igual que en el sector de los Servicios Sociales, en sólo unos años ha ido creciendo la lógica que hoy imprime la Dirección General de Familia, Infancia, Educación y Juventud, la cual se basa en un modelo que desvía, mediante diferentes canales, una ingente cantidad de fondos públicos a manos privadas. Estos fondos y recursos públicos serán otorgados el día 15 de abril del año 2016, en una mesa de adjudicaciones que concierta el servicio de los Centros Abiertos madrileños, en el cual se prima la gestión económica sobre el proyecto educativo.

En el pasado año electoral, se otorgó un balón de oxígeno a las empresas decanas en educación infantil del Ayuntamiento de Madrid porque el gobierno de la derecha postergó al año 2016 el siguiente concurso público para adjudicar la gestión del servicio. Pero, fruto del resultado en la «última subasta» y dado el creciente monopolio madrileño en el sector, los gigantes de los servicios y de la construcción, como Clece, Kidsco Balance, Grupo 5 o Chiquitín, entre otras, están provocando que las pocas escuelas infantiles que siguen gestionadas por pequeñas empresas tengan que cerrar sus puertas y despedir a sus trabajadores.

La modificación que se ha realizado en los pliegos de condiciones para llevarse el servicio, en los que prima la propuesta económica sobre el proyecto educativo, tiene un componente favorable para los grandes monopolios, máxime cuando se están atacando las condiciones de los trabajadores al apoyarse en la Reforma Laboral, la no incorporación de la cláusula de subrogación del personal e incluso en los acuerdos que establecen para sabotear el convenio de referencia del sector. Ahora, la gestión de los centros de infantil podrá estar en manos de empresas que nada tenían que ver con la educación y que consideran la primera etapa de la educación (0-3 años) bajo un aspecto meramente asistencial, olvidando su educación y aparcando al menor como si fuera un objeto. Es decir, lo que ha primado en la última legislatura y se llevó a cabo en el curso 2008-09 es cambiarle a más de 5.000 niños madrileños el equipo educativo de referencia, prevaleciendo el beneficio de las grandes empresas que incluso se acogen al convenio de gimnasios para no aplicar las mejoras laborales en el sector de ocio e infancia.

Las familias que están llamadas a matricular a sus hijos para las Escuelas de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, del 19 al 31 de Mayo de 2016, se están dando cuenta de que la realidad de la monopolización del sector está marcando la diferencia entre una escuela y una guardería asistencial, algo que ha ido acalorando los ánimos y la paciencia de los profesionales. Al competir las empresas por el proyecto económico, al igual que en su intento de sacar el máximo beneficio en su gestión, la lógica del sistema origina una situación de rebajas temerarias en la calidad del servicio, con su efecto en las familias, los docentes y sobre el resto de los servicios: la limpieza, la calidad de la comida o el material pedagógico. Se abaratan las plantillas, se despide gratuitamente y se pone a limpiar a los educadores, compartiendo funciones y competencias de otros perfiles profesionales que no son contratados.

¡Un gobierno municipal de izquierdas no puede permitir más ataques a la calidad del servicio y a los trabajadores!

KIDSCO BALANCE S.L., es uno de los tantos gigantes que está potenciando el acelerado proceso privatizador en el sector, con sus nefastas consecuencias al nivel adquisitivo de los trabajadores y la mala calidad y desastroso modelo educativo que imparten. Contando con una antigüedad de tan sólo 15 años (constituida el 07/11/2001), siendo socia fundadora Sandra Butragueño y ubicada en la localidad de Madrid, recibió un galardón con el premio de Jóvenes Empresarios al Compromiso Social 2009 por desempeñar actividades sociales en la explotación de las escuelas infantiles y con todo lo relacionado en la educación preprimaria: guarderías, centros de ocio y cuidados infantiles, ludotecas, gestión de campamentos urbanos y con pernoctación durante el verano, la Semana Santa y las Navidades, trasporte escolar, actividades extraescolares y de formación en los centros culturales y de ocio, etc. La razón de tal galardón es otorgar y rodear de un supuesto prestigio a las principales empresas españolas que cuentan con el mayor volumen de facturación, aunque no podemos olvidar que Kidsco comenzó su andadura con 150.000 euros, abriendo su primera escuela en una empresa del madrileño Recinto Ferial del Campo de las Naciones. Hoy cuenta con más de 40 centros escolares en todo el territorio español, con casi 495 trabajadores a su cargo y una facturación de más de 8,5 millones de euros, a la que debemos sumar las ventas que realizan, entre 6 y 30 millones euros. Ha pasado de ser una pequeña guardería a una empresa que exporta el modelo pedagógico y dominante de la educación en EEUU, donde sus fundadores reconocen que “su negocio lo aprendieron en la misma sede de la compañía de Kodak, en una guardería que dicha empresa tiene dentro de su empresa para los hijos de los empleados”.

Por todo ello, debemos señalar que el beneficio económico tiene su origen en la explotación del trabajador y, a pesar de las ideas que Kidsco Balance nos quiere vender (profesionalizar el sector y ofrecer una buena calidad), el deterioro paulatino en su gestión y las consecuencias directas a las condiciones de los trabajadores ya han sido denunciadas y la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional ha fallado a favor de CCOO, en su demanda contra la rebaja del Convenio Colectivo Estatal de Kidsco Balance S.L, declarando la nulidad del mismo y obligando a volver a aplicar el XI Convenio Colectivo de Asistencia y Educación Infantil.

De igual forma, sabiendo que el padre de la socia administradora María Leal es coronel del ejército, no podemos olvidar que el Ministerio de Defensa adjudicó el 26 de junio del año 2015, siendo ministro Pedro Morenés, la gestión de los 25 centros infantiles para hijos de militares a KidsCo Balance, por 12 millones, prescindiendo de la cláusula que habitualmente obliga a la nueva firma a subrogar a la plantilla anterior que acumula antigüedad y derechos laborales. La nueva empresa que se hacía con el servicio prescindió de la plantilla, negándole a los trabajadores que continuaran bajo su tutela al ser mejor remunerados. Con relación a esta irregularidad, el Juzgado de lo Social número 2 de Ferrol, en un fallo notificado a finales de noviembre del año 2015, anuló los despidos “por infracción del derecho fundamental a la tutela efectiva” y condenó a Kidsco a readmitir y a pagarles los salarios de tramitación anterior a su entrada.

¡Así no, Carmena!

El gobierno municipal de Ahora Madrid ha contado con tiempo suficiente tras las elecciones municipales para realizar una apuesta firme en la reestructuración de todos los servicios externalizados. Sin embargo, los trabajadores/as que los han apoyado en las plazas y las calles, y con su voto, ven estupefactos cómo las administraciones públicas siguen favoreciendo a estos grandes monopolios de lo social, los cuales, mediante la concertación, van desplazando del panorama a las pequeñas empresas. Hoy la amenaza es controlar el sector en régimen de monopolio, creciendo cada año de manera exponencial y desembarcando cada año en las diferentes actividades de la educación. Estos nuevos grupos buscan "oportunidades" de beneficio económico a costa de la calidad en la atención de las personas, de las familias y de las condiciones de los trabajadores.

El grupo municipal de Ahora Madrid tiene que ser consecuente con los trabajadores que les están apoyando e intervenir activamente en todos los servicios concernientes a la Educación Infantil, gestionando directamente sus centros y recuperando los adjudicados a Kidsco Balance S.L., porque no respeta ni los mínimos que marca la negociación del convenio colectivo y mantiene plantillas mal pagadas, con abusivas jornadas laborales, condiciones laborales considerablemente peores y realiza, de forma salvaje, despidos colectivos. Esta empresa privada que gestiona los servicios municipales con fondos públicos sigue manteniendo sus planes de precarizar, aún más, a las plantillas de trabajadores que se reparten en varias ciudades del Estado español, donde controla el sector por medio del mencionado y denunciado Convenio Colectivo de Kidsco Balance S.L., publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) a día 20 de octubre de 2014.

La gente está esperando y quieren ver cómo se hacen políticas de izquierdas en Madrid, que son posibles en la educación, en el ocio y tiempo libre y en la atención en los centros de educación infantil de titularidad municipal, al igual que lo serían las previstas en el programa electoral para el 010, la limpieza viaria, la jardinería o los servicios sociales. Pero desde el Ayuntamiento se descarta la remunicipalización por una falta de voluntad política para enfrentarse a los intereses privatizadores de estos grandes monopolios económicos, alegando que no ha existido tiempo suficiente para preparar el proceso, al igual que también se excusan en que existe un entramado legal difícil de sortear o que no desean perjudicar a los trabajadores en su continuidad del desempeño laboral, como si no supiéramos que remunicipalizar es la única garantía de que se subroguen a las plantillas trabajadoras respetando el empleo y todos sus derechos y condiciones.

Conformarse y limitarse a la gestión del día a día en las instituciones políticas, por mucho que se cambie la apariencia de las formas “democráticas”, en vez de luchar por la transformación social, es un grave error para un gobierno de izquierdas. También es una completa equivocación intentar cambiar la sociedad a golpe de reformas graduales y desestimar la remunicipalización de los servicios, al igual que es un error la idea esperanzadora que cobijan quienes piensan que el capitalismo es un sistema reformable desde sus instituciones políticas, como si estos pocos que poseen lo de muchos abandonaran de buena gana su posición dominante. Un gobierno municipal de izquierdas no puede permitir que se lleven a cabo más ataques a los trabajadores, a las familias y a las personas más vulnerables de nuestra sociedad, máximo cuando el presente concurso público ya pone encima de la mesa los ataques que se ciernen por la problemática que supondrá el incremento de costes de servicio, junto al incremento de los salarios de los trabajadores, así como el resto de condiciones laborales que establece su convenio de referencia.

Por ello, hoy exigimos que corrijan el rumbo, convocando cuántas acciones sean precisas para llevar a cabo la remunicipalización del sector, al igual que exigimos que todas las administraciones desestimen los proyectos donde Kidsco Balance y los grandes monopolios quieran hacerse con la vida de nuestros hijos.


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