Tras varios meses de lucha e incertidumbre, los trabajadores de Gijón Fabril comienzan a recibir las cartas de despido, una vez terminado el proceso concursal, sin que haya aparecido ningún empresario interesado en continuar la actividad. Esta empresa centenaria, dedicada principalmente a la fabricación de moldes para envases se suma así a la larga lista de industrias que desaparecen de la geografía asturiana, y con ellas, el medio centenar de puestos de trabajo que cubría una plantilla mayoritariamente joven, y que ahora, en el contexto de paro masivo que padecemos, se enfrenta a una situación dramática.

Atrás queda, como decimos, un encierro de varios meses, una primera manifestación en el mes de febrero, donde se puso de relieve la solidaridad de gran parte de la clase obrera gijonesa, concentraciones frente a la Consejería y una larga serie de reuniones infructuosas con la dirección general de Industria, de la que solo salieron, como de costumbre, buenas palabras que ahora son lamentaciones.

Y, también como de costumbre, de poco sirvió “todo el apoyo” de las poderosas federaciones de industria de CCOO y UGT, cuyo aparato no fue capaz ni tan siquiera de movilizar al resto del sector en una manifestación unificada, ni por supuesto, en ningún tipo de paro de solidaridad con Gijón Fabril, exceptuando la primera manifestación.

De nuevo aquí “todo el apoyo” se resume en gestionar reuniones y más reuniones, sin tratar, en ningún momento de romper el aislamiento de la plantilla movilizando al resto del sector, en nuestra opinión, la clave para superar las dificultades y para haber convertido a Gijón Fabril en una lucha de todos.

Por su parte, los trabajadores que, desde el primer día se habían constituidos en asamblea, manifestaban su decisión de luchar hasta el final, y en esas siguen, empeñados en no salir de la empresa hasta que los echen. Por nuestra parte, todo el apoyo y la solidaridad hacia su lucha. Como ellos, continuamos exigiendo una solución para Gijón Fabril, y reclamando al gobierno asturiano, que tome cartas en el asunto, asumiendo incluso si fuera necesario, la titularidad de la empresa para evitar el cierre.

Y hacemos un llamamiento a las federaciones sindicales, para poner la enorme capacidad de movilización que poseen al servicio de la lucha de Gijón Fabril. Porque Asturias no puede perder ni un solo puesto de trabajo más.


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