Carlos Naranjo, trabajador de la factoría Ford de Almussafes (Valencia), afiliado al Sindicato de Trabajadores del Metal (STM-Intersindical) y dirigente de Esquerra Revolucionària, fue despedido en junio fraudulentamente. Desde julio se desarrolla una campaña para que sea readmitido.

El Militante.- ¿Cuál fue el motivo de tu despido?

Carlos Naranjo.- Yo entré en enero de 2015 y he encadenado contratos temporales hasta cumplir tres años, entonces la empresa me hizo indefinido. En diciembre pasado tuve un accidente y cogí baja por incapacidad temporal, a pesar de eso la empresa me hizo indefinido este enero. Mi baja duró hasta junio, el período habitual para la recuperación por la rotura que tuve. Me reincorporé y en tres días ya estaba al cien por cien.

La carga de trabajo era mayor que cuando yo cogí la baja, desde hacía unas semanas. Todos los compañeros de línea estábamos muy enfadados y hablé con delegados del STM para intentar que se redujera la carga; ellos me visitaron varios días seguidos en la línea de trabajo y esto llamó la atención de los mandos. El expediente sancionador se abrió la mañana del día siguiente tras la última de estas conversaciones. A los pocos días el jefe de recursos humanos me leyó la carta de despido, un corta-pega de las causas de despido según el Estatuto de los Trabajadores, donde me acusaban de ser poco productivo, poco colaborador con los mandos y compañeros, y de haber sido avisado varias veces. Todo absolutamente falso, ya que nunca me han llamado la atención y muy al contrario he sido reiteradamente felicitado.

Según me comunicaron verbalmente, la causa real del despido fue la duración de la baja laboral y “otras razones”. “Otras”, que sólo puede ser el haber sido visto criticando el ritmo de trabajo y con una actitud activa y determinada. Muchos compañeros han sido represaliados o despedidos por motivos similares. Saben que soy un afiliado activo del STM, que podría llegar a ser delegado, y quieren extirpar quirúrgicamente a mí y a cualquiera que pueda aglutinar a la plantilla, donde existe una enorme rabia hacia las cada vez peores condiciones de trabajo.

EM.- ¿Cómo se está desarrollando la campaña?

CN.- Voy a dar la batalla hasta el final por conseguir el despido nulo. Pero no se trata sólo de mi caso particular, sino de abrir una lucha sin cuartel contra el miedo y la represión sindical que existe desde hace mucho tiempo en Ford Almussafes, un grandísimo secreto a voces en toda la comarca. En pocos días editamos un panfleto, un cartel y una resolución y creamos el Comité por la Readmisión en el que Izquierda Revolucionaria juega un papel fundamental.

He recibido también el apoyo de LAB, CUT, CIG, SAT, así como multitud de resoluciones de solidaridad de sindicalistas y trabajadores de todo el Estado. A nivel internacional hemos conseguido el respaldo de la red de delegados sindicales National Shop Stewards Network de Gran Bretaña y de la representación sindical de Ford de Brasil, Alemania o Francia. Pero el punto más importante fue la pegada de carteles y el reparto de más de 3.000 panfletos en los tres turnos de la planta de montaje y de las empresas auxiliares en el polígono industrial colindante a la factoría. En los repartos se implicaron compañeras y compañeros de otras plataformas y sectores, como el Sindicat d’Estudiants, Libres y Combativas, Plataforma de Eventuales de Correos y afiliados de otros sindicatos. Hemos logramos que todo el mundo en el polígono conozca el caso y recibimos mucho apoyo.

Todo esto lo hicimos antes de que empezasen las vacaciones de agosto, era muy importante responder con contundencia. Justo en la primera semana de trabajo tras las vacaciones tuvimos el acto de conciliación, así que volvimos a la carga y editamos un panfleto y un cartel conjunto entre STM y el Comité por la Readmisión, llamando a una concentración de apoyo en el SMAC, el 24 de agosto. En cuatro días realizamos nuevos repartos y pegadas en la factoría y el polígono.

La empresa no aceptó mi readmisión, pero, a pesar de que mucha gente seguía de vacaciones y del poco tiempo para convocarla, conseguimos hacer una concentración potente. Participamos 60 personas, entre trabajadores de la Ford, sindicalistas de STM y toda la Intersindical, CGT, CCOO, COS... y también compañeras de Iaioflautas, Sindicat d'Estudiants, Lliures i Combatives y Esquerra Revolucionària… En cuanto al juicio, todavía no tiene fecha.

EM.- ¿Crees que casos como el tuyo son habituales en Ford y las grandes empresas?

CN.- Por supuesto. Como decía antes, es un gigantesco secreto a voces en Ford que para conseguir o mantener tu trabajo lo primero que tienes que hacer es ser afiliado de UGT, esto es una absoluta vergüenza. STM y CGT en Ford son los únicos que denuncian la intimidación patronal y el empeoramiento de nuestras condiciones de trabajo. Y así ocurre que las represalias e incluso despidos que sufrimos activistas y delegados de estos sindicatos son constantes. Pero, como decía, la rabia es muy grande, se expresó en las elecciones 2015 (el STM obtuvo el segundo puesto), y en el referéndum sobre el preacuerdo de convenio, que salió aprobado con el 51% de los votos cuando el No fue defendido por sólo el 24% de la representación sindical (STM y CGT). Pero la rabia no es suficiente, hay que organizarla con una estrategia y unas reivindicaciones y alternativas claras, y sobre todo con confianza en la plantilla, en nuestra clase. Es imprescindible un sindicalismo de clase, democrático y combativo para no retroceder ni un paso más.


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