Descarga aquí la hoja repartida en Navantia-Ferrol por los compañeros de CGT

Esta tarde, 11 de septiembre, será la botadura de la primera fragata de la nueva serie (F-110) en Navantia Ferrol. El circo es descomunal: la reina emérita, el presidente del Gobierno, dos ministras y todo el séquito habitual.

Previamente, esta mañana se celebró un acto oficial de firma del hito de la botadura, con presencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

Una representación del comité de empresa acudió a dicho acto, entre ellos Xaquín García Sinde, delegado de la CGT y militante de Izquierda Revolucionaria.

Cuando Margarita Robles invitó al comité a acercarse, el compañero acudió y desplegó detrás de la ministra la bandera palestina que exhibía desde el comienzo del acto.

Tras abandonar el atril, una policía de paisano le comunicó, que debía abandonar la sala, a lo que él se negó alegando que no había cometido ninguna ilegalidad porque “a diferencia de Alemania, la exhibición de una bandera palestina no es ilegal”. Al acabar el acto, la policía le pidió que se identificase.

Con esta acción quisimos visibilizar a los numerosos trabajadores de los astilleros que estamos en contra del genocidio perpetrado por el Estado de Israel y demostrar nuestra solidaridad internacionalista con el pueblo palestino, así como denunciar la hipocresía de un Gobierno cuyos actos contradicen sus declaraciones.

En la reunión posterior entre Margarita Robles y el comité de empresa, el representante de la CGT, además de criticarle que la política laboral de la dirección de Navantia con este Gobierno no se diferencia de la política de los Ejecutivos del PP —por el empobrecimiento y la pérdida de derechos a la que estamos sometidos los trabajadores— exigió la ruptura total de relaciones con Israel.

Por la tarde, pudimos confirmar la hipocresía de este Gobierno cuando un policía de su servicio de seguridad intentó impedir que el compañero Xaquín accediera con la bandera palestina a otra reunión del comité, en esta ocasión, con la ministra de Trabajo Yolanda Díaz. Finalmente, lo dejaron pasar por mantenerse firme y por el temor a que la prohibición se les volviera en contra, y no por un compromiso con la causa palestina. También se desplegó a la policía  dentro de las instalaciones y revisaron mochilas para “evitar que se desplegaran banderas palestinas”.

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Por la tarde, un policía del servicio de seguridad del Gobierno intentó impedir que el compañero Xaquín accediera con la bandera palestina a otra reunión del comité, en esta ocasión, con la ministra de Trabajo Yolanda Díaz. 

Nuestras acciones para denunciar el genocidio y las políticas antiobreras de Navantia (100% pública) continuaron con el reparto de 1.600 octavillas, por parte de los delegados de la CGT, entre los asistentes a la botadura, algo que también incomodó a estos “amigos” de la clase obrera y del pueblo palestino, pero que no pudieron impedir.

¡Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá!

¡Parar el país para parar el genocidio! ¡Huelga general ya!


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