Desde Sindicalistas de Izquierdas, Izquierda Revolucionaria y el Sindicato de Estudiantes queremos denunciar la campaña represiva de sanciones con la que Ford-España está atacando a las y los delegados y afiliados del Sindicat de Treballadors del Metall en la factoría de Ford en Almussafes, Valencia.

La empresa ha abierto expedientes disciplinarios graves de manera fraudulenta contra 4 delegados. También ha abierto expedientes disciplinarios graves contra una trabajadora y un trabajador que iban a relevar a delegados en proceso de jubilación, forzando a que estos trabajadores se apuntasen al ERE recientemente firmado por la UGT para así evitar el despido sin indemnización alguna.

La firma por parte de UGT, a espaldas de la plantilla, de un ERE que envía al paro a 1.120 trabajadores, dejando a la factoría en mínimos históricos, es un golpe contra la moral de la plantilla que la empresa quiere rentabilizar al máximo.

Los planes de electrificación de la factoría de Ford en Valencia pasan, en primer lugar, porque la dirección de la empresa pueda garantizar mayor explotación de la plantilla a costa de precariedad, salarios bajos y absoluta flexibilización de la jornada.

Ahora la empresa da un paso más en su ofensiva contra la organización y capacidad de lucha de la plantilla, atacando al STM, el único sindicato alternativo que obtuvo delegados al Comité Empresa en las últimas elecciones sindicales del 21 de febrero.

La represión sindical en Ford Valencia es algo enquistado durante muchos años, el papel que la UGT juega como mamporrera de la empresa es determinante en esto. Decenas de trabajadores e incluso delegados han sido despedidos a lo largo de los años mediante expedientes disciplinarios y despidos procedentes, despidos que en la mayoría de los casos han sido avalado por los juzgados valencianos, a pesar de ser evidente el motivo de represión sindical. Desde Sindicalistas de Izquierdas hace 4 años realizamos una campaña de denuncia con miles de hojas, resoluciones y concentraciones por la readmisión de Carlos Naranjo. También participamos años atrás en la campaña de denuncia de CGT Ford por la readmisión de su delegada, Paqui Cuesta.

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La represión sindical en Ford Valencia no es nueva. Desde Sindicalistas de Izquierdas ya realizamos una campaña por la readmisión de Carlos Naranjo y participamos en la lucha contra el despido de la delegada de CGT, Paqui Cuesta. 

La victoria del PP en las elecciones del 28M, consiguiendo el Gobierno valenciano posiblemente de la mano de Vox, también dará lugar a nuevos y más duros ataques contra los derechos sindicales y laborales. Es imperativo seguir construyendo un sindicalismo combativo que rompa con la paz social impuesta por las cúpulas de UGT y CCOO.

Desde Sindicalistas de Izquierdas, Izquierda Revolucionaria y el Sindicato de Estudiantes nos sumamos a la campaña de solidaridad internacional contra la represión sindical en Ford Almussafes y llamamos a toda la clase trabajadora y a la juventud a apoyar todas las acciones del STM para detenerla.

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El ERE de 1.120 despidos en Ford Almussafes firmado por UGT condena a miles de trabajadores al paro y a la precarización

Publicamos a continuación el análisis que hacemos desde Sindicalistas de Izquierda sobre la firma del ERE por UGT y sobre la táctica que, a nuestro juicio, hubiera permitido hacer frente a la ofensiva de Ford.

Sindicalistas de Izquierda - País Valencià

El 3 de marzo la dirección de Ford Almussafes lanzó un ataque sin precedentes contra la plantilla de la factoría, un ERE de 1.140 empleados de un total de 5.900, lo que supone que el 20% de la plantilla se vaya a la calle. La factoría de automoción valenciana quedaría así con 4.600 trabajadores, alcanzado su mínimo histórico, algo escandaloso cuando en 2016 en la empresa la empresa llegó hasta los 8.000 empleados.

El ERE es un ataque que amenaza frontalmente también a los 24.500 empleos que se reparten en las más de 120 empresas auxiliares que sirven directamente a la factoría principal desde el polígono industrial de Almussafes y otros polígonos circundantes de la provincia de Valencia.

Después de un mes de mesas negociadoras entre el Comité de Empresa y la dirección de Ford España y ni una sola asamblea o protesta organizada, la UGT, que tiene la mayoría del Comité de Empresa, firmó un acuerdo en el que se acordó bajar la cifra de despidos a 1.120 personas, solo 20 menos. Los despidos serían “salidas voluntarias” por medio de prejubilaciones a partir los 53 años con un 75% del salario, indemnizaciones de 45 días por año trabajado hasta un máximo de 42 meses, una indemnización de 40.000 euros extra para los inscritos antes del 30 de junio y de 20.000 euros para los inscritos antes del 30 de septiembre.

Tras el anuncio de este terrible acuerdo para la industria valenciana, Ximo Puig, presidente de la Generalitat y del Gobierno del Pacto del Botànic, un “Gobierno del cambio”, declaró que era motivo de celebración el “buen acuerdo” fruto del diálogo social entre sindicatos y empresa.

Esta ha sido la esencia de las políticas del Gobierno valenciano formado por el PSPV, Compromís y Unides Podem: poner por delante los intereses de una multinacional que consiguió en el 1º trimestre de 2023 unos beneficios de 1.597 millones de euros, un 20% más que el mismo trimestre en 2022, una empresa que ha recibido inyecciones de dinero del Gobierno valenciano desde 2012 por valor 172,6 millones de euros.

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Después de un mes de mesas negociadoras y ni una sola asamblea o protesta organizada, la UGT, que tiene la mayoría del Comité de Empresa, firmó un acuerdo en el que se acordó bajar la cifra de despidos de 1140 a 1.120 personas.

El Botànic envía un mensaje de tranquilidad a la multinacional Volkswagen y sus planes de construir una planta eléctrica en Sagunto diciéndoles: vuestros beneficios privados a costa de la financiación estatal y la explotación de miles de trabajadores están garantizados. La derrota electoral del Gobierno del Botànic en el 28M tienen una relación directa con esto, ¿qué joven o trabajador puede tener expectativas de mantener sus condiciones de vida con un Gobierno que responde así ante miles de despidos de un solo golpe?

Ataques y más ataques a lo largo de estos años

Este fortísimo y dramático ERE es la consecuencia de la paz social apuntalada mano a mano entre la UGT y el govern de Ximo Puig que ha facilitado ataques y retrocesos continuos durante años contra las condiciones de trabajo en la factoría principal y en las auxiliares.

Este ERE es el tercero en cuatro años. En el año 2020 y en el año 2021 se aplicaron dos ERE más, sumando cerca de 1.000 despidos. Fueron ERE “negociados” en los que UGT ayudó a maquillar los despidos como “bajas incentivadas” y “salidas voluntarias”.

Desde el año 2020 hasta hoy, trimestre a trimestre, llevan aplicándose ERTE. Cada jornada de ERTE supone perder el 20% del salario, consumir la prestación por desempleo y tener un calendario laboral que se hace a la carta de la empresa, al estilo de las ETT. Los ERTE están en marcha, mientras se siguen exigiendo hacer horas extraordinarias a diestro y siniestro, y la carga de trabajo y la velocidad en las líneas de producción continúa aumentando y poniendo al límite la salud de la plantilla.

En el mes de abril de 2022, la dirección de UGT Ford en Valencia, sin referéndum alguno entre la plantilla, firmó en solitario el XVIII Convenio Colectivo, que significó la congelación salarial a cinco años, con una pérdida de poder adquisitivo estimada en más 7.000 euros hasta final de convenio, el aumento de la jornada en 15 minutos, la obligatoriedad de 18 sábados de trabajo al año y 4 días menos de vacaciones. En resumen, todo un estímulo para que la empresa considerara que se daban todas las condiciones para lanzar un ataque mucho más duro.

Las últimas elecciones sindicales, celebradas el pasado 21 de febrero, dieron 9 delegados al STM y el 30% de los votos, mientras que el 60% de votos fueron para para la UGT dándole 22 delegados. No es ninguna casualidad que la empresa, una vez vistos los resultados electorales en los que la UGT, sus mamporreros, ganaron con amplia mayoría, y CCOO y CGT desaparecieron del comité de empresa, quedando solo el STM, pasara al ataque sin dudar. Aunque a primera vista puede parecer que la UGT cuenta con un apoyo sólido, la realidad es que, aunque el 98% de la plantilla está afiliada a la UGT, cerca de un 40% votó a los sindicatos alternativos, principalmente al STM.

El sindicalismo alternativo absolutamente desarmado. No se puede frenar un ataque sin lucha, ni huelgas, ni movilizaciones masivas

Los miles de trabajadores y trabajadoras de la empresa principal y auxiliar llevan comprobando en carne propia los resultados dramáticos que supone la política sindical de la UGT. Este ataque era la oportunidad para que el STM se dirigiese a los sectores más avanzados y conscientes de la factoría de Ford y de sus cientos de auxiliares con un plan de lucha serio que quebrase la paz social.

Las y los compañeros del STM conocen perfectamente una de las reglas fundamentales del sindicalismo. No se puede ganar nada en las mesas de negociación si antes no lo has peleado y ganado a pie de fábrica y en la calle. Esta separación de los métodos del sindicalismo combativo hace tiempo que ha venido penetrando en el STM, desde que empezaron los ERTE a demanda hace 3 años, durante la pandemia y durante la negociación del XIII Convenio Colectivo.

La acción sindical del STM se ha basado en declaraciones y comunicados faltos de planes de lucha o acciones concretas con las que templar las fuerzas de las y los militantes y con las que desarrollar la confianza en la lucha entre las y los trabajadores más conscientes de la plantilla.

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En nuestra opinión, desde el anuncio del ERE se debería haber propuesto un plan de huelga y movilizaciones, extender el conflicto a toda la clase trabajadora valenciana y organizado asambleas conjuntas de trabajadores de la principal y las auxiliares. 

Es cierto que el freno y la losa que juegan los dirigentes de la UGT son grandes, pero sin voluntad de lucha no se puede cambiar la situación. Los compañeros del STM, donde se agrupan militantes históricos y luchadores lo saben bien. Nos duele decirlo, pero consideramos que una vez más no han estado a la altura de los acontecimientos y las necesidades de la clase obrera en este polo industrial.

Desde nuestra humilde opinión, pensamos que desde el día 1 del anuncio del ERE los compañeros deberían haber declarado la guerra inmediata a través de una hoja proponiendo un plan de huelga y movilizaciones en la comarca y la ciudad de Valencia para extender el conflicto a la clase trabajadora valenciana, junto a una llamada de la plantilla de la principal y de las auxiliares a organizar asambleas para votar los planes de lucha.

Lejos de plantear algo parecido, los compañeros quedaron a rebufo de la UGT y declararon que harían todo lo posible porque todas las salidas fueran voluntarias, el mismo discurso que la burocracia sindical de UGT, y durante todo el mes quedaron atrapados en las mesas de negociación sin propuesta de acción alguna para la plantilla. Finalmente, la postura del STM, aunque no firmase el acuerdo porque no aseguraba que las salidas serian por orden de antigüedad, en la práctica lo aceptaron como el mal menor argumentando que las indemnizaciones eran cuantiosas, un gravísimo error. ¡Los puestos de trabajo no se venden, se defienden!

Este retroceso moral e ideológico entre los dirigentes del STM ha sacado a flote sus debilidades y ahora la empresa ha pasado a la ofensiva con una batería de expedientes disciplinarios graves dirigidos hacia las y los delegados y afiliados luchadores del STM, poniéndoles al borde del despido y empujándolos a que se adhieran a los despidos “voluntarios” para conseguir al menos una indemnización.

Queremos trasladar todo nuestro apoyo y solidaridad hacia las y los militantes del STM-FORD, basta de represión sindical en la FORD. Desde Sindicalistas de Izquierda nos solidarizamos con las y los compañeros y denunciamos el terrorismo patronal que se ejerce desde hace décadas contra las y los trabajadores luchadores, igual que denunciamos al Botànic y la Conselleria de Economía e Industria por avalar todos estos ataques que vulneran los derechos fundamentales de organización sindical y libertad de expresión de las y los trabajadores.

Las perspectivas electorales tras la derrota de la izquierda en las elecciones del 28M plantean una posible victoria de la derecha y la ultraderecha en el Gobierno central. Esta perspectiva es fruto de la paz social sostenida y apuntalada por las direcciones de CCOO, UGT y el Gobierno del Botànic.

Esta paz social está condenando a la clase trabajadora valenciana a enormes retrocesos en los salarios y condiciones de trabajo de todos los sectores. Desde Sindicalistas de Izquierda planteamos que ante esta situación no hay otra salida que la lucha obrera y la construcción de un sindicalismo firmemente combativo, asambleario y democrático que no ceda ni un paso ante los ataques de la patronal y la derecha.


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