Entrevista a Yolanda García, portavoz del Comité de Huelga de la UR-4 de Correos Sabadell

Yolanda García es trabajadora de la Unidad de Reparto UR4 de Correos Sabadell, miembro de la Asamblea de trabajadoras y trabajadores y portavoz del Comité de Huelga. Esta entrevista fue realizada por Izquierda Revolucionaria y el Sindicato de Estudiantes para el periódico El Militante y tuvo lugar el pasado martes 11 de mayo en la concentración de trabajadoras y trabajadores de Correos delante del Ayuntamiento de Sabadell.

En el momento de publicarse esta entrevista, la plantilla ha alcanzado los 44 días de huelga indefinida.

El Militante (EM): Las trabajadoras y trabajadores de la UR4 de Correos en Sabadell lleváis 36 días de huelga. ¿Cuál es el motivo?

Yolanda García (Y.G.): Sí, el 6 de abril empezamos una huelga indefinida, total. Nosotros llevamos ya un par de años con una sobrecarga de trabajo exagerada: muchísima más faena con una falta de contratación que se vio agravada por la entrada de una jefa que dirige la oficina con métodos de trabajo déspotas y que por la falta de personal nos obliga incluso a actuar de forma ilegal con la gestión de notificaciones. Somos una cartería que engloba 70.000 vecinos de los distritos 6 y 7 de Sabadell, que es una buena parte del total de la población de la localidad (200.000 habitantes). Tendríamos que ser 26 carteros, y éramos 15. Un día tras otro se puede llevar pero si encima la nueva jefa lo hace todo mal y es una autoritaria, pues dijimos: hasta aquí hemos llegado.

EM: ¿Cuáles son vuestras principales reivindicaciones?

Y.G.: Queremos una contratación digna, o sea, una contratación estable, es lo único que pedimos, los 26 barrios cubiertos durante todo el año. No estamos pidiendo ni más dinero, ni más vacaciones, estamos pidiendo contratación, nada más.

EM: ¿En qué condiciones trabajáis? ¿Cómo ha afectado la pandemia a vuestro día a día?

Y.G.: En el periodo más duro del confinamiento, en nuestra unidad nos plantamos durante una semana y no repartimos nada porque no nos daban ni mascarilla ni guantes ni nada. La empresa decía que no era algo obligatorio –cuando después se demostró que sí que lo era–, y nos dijo que nos abrirían un expediente. Pero después de una semana en que nos negamos a repartir, nos dieron los EPI, y hemos seguido repartiendo como hemos podido, claro.

Somos un servicio esencial, así que no hemos dejado nunca de trabajar. ¿Pero qué repartíamos durante la pandemia? El servicio postal universal: la carta, ya que por el tema de la pandemia con la paquetería no se podía trabajar. Pero cuando se levantó el estado de alarma Correos decidió que la carta ya se podía dejar, y volver otra vez a centrarse en la paquetería.

¿Y qué es lo que hizo Correos? Como teníamos una acumulación de paquetería enorme en todas las oficinas, por unas semanas sí contrató a gente, y cuando sacamos adelante toda esa faena, adiós, a la calle todo el mundo, y, volvimos a ser las 15 personas que estábamos, y la carta, volvió otra vez a quedarse en un lado, y a seguir con la paquetería. Utilizaron el servicio postal universal para beneficiarse durante el tiempo de la pandemia y ahora lo vuelven a dejar otra vez de lado. Somos carteros, no somos paqueteros. Se tiene que ofrecer ese servicio de cartas. Somos un servicio público.

No nos dejan repartir cartas y solo quieren que repartamos paquetería, o sea, a la empresa le da igual las cartas de los médicos, de los ERTE, de cualquier cosa, notificaciones importantes… Solo quiere que repartamos paquetería: Amazon, Wish, AliExpress, ahora ya mucho de Bershka, porque eso es lo que ellos dicen que les da dinero. Claro, la gente compra cada vez más muchísimo más por internet, a raíz de la pandemia. Pero Correos tiene contratos con Hacienda, con Tráfico, y no los está cumpliendo, prefiere pagarles indemnizaciones en vez de contratar gente.

En teoría estamos en Correos porque es servicio público postal público, ¿no? Correos cobra una subvención del Estado para garantizar un servicio postal universal. Que el correo le llegue a todo el mundo los cinco días laborales de la semana, da igual dónde estés, en el pueblo, en la ciudad, da igual, pero eso Correos no lo está cumpliendo. Y eso es lo que estamos denunciando, simplemente. Si estuvieran todas las plazas cubiertas podríamos dedicarnos tanto a paquetería como a las cartas, a las notificaciones, a todo; pero tal y como estamos tenemos que ir de nuestro barrio asignado a otro barrio, y a otro barrio, pues es imposible.

EM: Y mientras Juan Manuel Serrano, director de Correos, cobrando 190.000€ al año…

Y.G.: Sí, sí, ¡200.000€!

EM: En la última década Correos ha destruido más de 15.000 puestos de trabajo y el lobby patronal de la logística se ha pronunciado públicamente en varias ocasiones a favor de su privatización. ¿Vuestra lucha contra la sobrecarga de trabajo guarda relación con esto?

Y.G.: Sí, claro, claro. Ahora mismo los funcionarios, están en extinción, están desapareciendo de Correos. Correos dice que no tiene dinero para contratar pero ha abierto ahora en septiembre una convocatoria de 3.300 plazas. Pero desde el año 2.000 los exámenes para entrar en Correos ya no son para funcionarios sino para ser laborales fijos. Las vacantes que quedan en las oficinas –porque los funcionarios se jubilan o se marchan a otro ministerio–, las cubrimos los laborales fijos o los eventuales. Ese es el problema que hay hoy en día. Cuando no quede ningún funcionario, Correos se va a acabar privatizando.

EM: Vuestra lucha ha generado una gran simpatía entre trabajadores de otras oficinas y unidades de reparto. ¿Vuestras condiciones laborales las comparte el resto de la plantilla de Correos?

Y.G.: Nosotros cuando empezamos la huelga lo que pretendíamos era (1) denunciar una ilegalidad que se había cometido y habíamos visto con la jefa y después (2) toda la contratación, decir basta ya de las cargas de trabajo que nos estaba dando ella. Pero claro, lo que estamos pidiendo es lo que necesitan todas las UR, y no solo: las oficinas, los centros de tratamiento, o sea, todo Correos necesita personal. Así que la verdad es que tenemos un poquito la responsabilidad de decir: bueno, ¡se puede!

EM: ¿Qué próximos pasos valoráis para continuar la lucha?

Y.G.: Seguiremos hablando con los vecinos y recogiendo sus quejas para reclamar el servicio postal que merecen, recorriendo los barrios afectados por nuestra huelga y saliendo a la calle para denunciar que el servicio público se está deteriorando. Volveremos a hablar con la alcaldesa, porque nos dijo que hablaría con Serrano y seguimos esperando. Seguiremos haciéndonos visibles.

Desde el primer día hasta ahora nunca hubiéramos pensado llegar hasta aquí. Hemos llegado hasta el Parlament. Cada día la gente está más implicada. Surgen también otras carterías que se van uniendo a la huelga como Terrassa y Reus. Vemos compañeros de otras ciudades de España que también se están organizando.

Iremos a ver a compañeros de oficinas de otras ciudades para plantearles el problema y decir que se puede, que se unan a la huelga, que hay convocada una huelga de la provincia de Barcelona para los días 2, 3 y 4 de junio por los sindicatos CGT y SiPcte las 4 últimas horas de todos los turnos, que todo el mundo que pueda se una a la huelga, a las movilizaciones que se vayan a hacer, que eso sería un gran paso para la lucha.

El problema es estatal, es global, pero vemos que al final una pequeña unidad ha tenido que dar el paso para que al final la gente quiera hacer una huelga o denunciar cómo se estaba trabajando ahora, para denunciar que falta contratación en todas las carterías. Vamos a hacer todo para garantizar un servicio postal público de calidad.

 

 


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