El pasado 19 de febrero la dirección de Mercedes Benz-Vitoria-Gasteiz envió una carta de despido a tres trabajadores  por expresar “críticas manifiestas y públicas de las políticas de la empresa”, alegando además  una “reciente baja de rendimiento”. Se trata en realidad de una carta modelo, sin ningún tipo de prueba ni justificación para estos tres despidos  y que podría ser enviada a más trabajadores  en cualquier momento si no damos respuesta a este atropello.
Amparándose en la reforma laboral que rebajó sustancialmente los costes de un despido improcedente,  la dirección de Mercedes aplica el despido libre con un costo mínimo para la empresa. 
 
¡Basta ya de despidos y precariedad!
 
Los despidos se producen en el marco de una política de la dirección de ajustes de la producción. El Grupo Daimler cerró 2017 con un resultado operativo de 14.682 millones de euros pero en 2018 no han obtenido los resultados que esperaban y se han propuesto exprimir a la plantilla todavía más.

Después de una larga campaña de denuncias contra la precariedad laboral 1.500 puestos de trabajo se hicieron indefinidos entre los meses de diciembre de 2016 y julio de 2018. Sin embargo, con la excusa del llamado dieselgate se produjo el último trimestre del pasado año la paralización de las líneas de montaje durante 25 días. Sus consecuencias: tras recortar los planes de producción, se produjo la no renovación en los últimos seis meses de 800 contratos temporales a los que hay que sumar 300 más que estaban a punto de entrar a formar parte de la plantilla.
 
En este momento las bolsas de horas de que dispone la empresa están en negativo por lo que nuevos ajustes implicarían ir a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, (ERTE) o incluso un ERE si se produjese un ajuste de calado mayor.
 
Pero antes de recortar más empleos, la empresa ya ha tomado medidas para exprimir aún más a los trabajadores que conservan su puesto. Recientemente el sector de ventas ha solicitado que los 11 sábados que se habían dejado para la segunda parte del año, se adelanten para antes del verano destrozando los planes de descanso de muchas trabajadoras y trabajadores. La dirección no respeta en absoluto la conciliación familiar. Cada trabajador y trabajadora debe estar a disposición absoluta de la dirección.
  
Estos despidos no son ninguna casualidad: el año próximo acaba la vigencia del actual Convenio Colectivo y se iniciaría la negociación de uno nuevo.  Los despidos son un mensaje de la patronal de Mercedes para sembrar el miedo entre la plantilla y evitar una lucha unida y contundente en defensa de un empleo fijo y digno.
 
Por un sindicalismo de clase, combativo y democrático
¡No a la política sindical de colaboración  con quienes nos despiden y explotan!

En las últimas elecciones sindicales celebradas a finales del 2018 creció el voto a las candidaturas que hicieron mayor oposición a la empresa. UGT continúa siendo el sindicato mayoritario pero la presidencia del Comité de Empresa está en manos de ELA con el apoyo de CCOO, LAB y ESK. La dirección de Mercedes en el pasado se apoyó en la dirección de UGT para llevar a cabo sus planes, despreciando al resto de sindicatos que han tenido una actitud más combativa.
 
Ahora,  la dirección de Mercedes ha dado un paso más en su política antisindical. Para aplicar estos despidos, ni  siquiera se ha molestado en avisar con tiempo al Comité e iniciar conversaciones previas, como es preceptivo según el Estatuto del Trabajador. 
En el último período la política de colaboración con la dirección ha provocado además una fuerte crítica de los trabajadores al Comité de Empresa, aunque en esta ocasión se hayan manifestado en oposición a los despidos.

Los intereses de los trabajadores y la patronal son antagónicos y por lo tanto hay que desterrar las prácticas  sindicales de colaboración con la dirección, que sólo sirven para golpear a los trabajadores y dividirnos, fortaleciendo a la patronal. Para poder defendernos de estos ataques necesitamos  un sindicalismo al servicio de los trabajadores, de clase, combativo y democrático,  que sirva de herramienta de lucha para defendernos de este y de todos los ataques que la patronal ya planea.

La lucha es el camino para vencer y conquistar los derechos que nos niegan

Estos tres despidos no sólo se dan a un año de la negociación del convenio, sino también en el marco de una fuerte reestructuración del sector del automóvil. La patronal de Mercedes Benz con toda probabilidad se está preparando produciendo un stock adicional de vehículos antes del verano en posible previsión de un otoño conflictivo.
  
Los trabajadores y trabajadoras de Mercedes Benz producen hoy el 28% de la riqueza total que se produce en la provincia de Alava. Su peso en la economía vasca es abrumador. A los 5000 empleos directos  se suman otros 20 mil empleos indirectos. La patronal de Mercedes utiliza esta posición para lograr las mayores subvenciones y ventajas fiscales posibles que van directamente a engordar sus cuentas de resultados.

Ante una situación de lucha, los voceros de la clase dominante, intentarán presentar a los trabajadores de Mercedes como privilegiados por luchar por su empleo y por sus derechos. Pero la clase obrera tenemos memoria, conocemos estas maniobras que sólo podemos romper extendiendo la solidaridad y recordamos cómo se han logrado siempre las cosas. Más aún en la Mercedes, que guarda en su historia luchas históricas como las de marzo del 76 en las que jugó un papel de vanguardia.

Los trabajadores y trabajadoras de Mercedes Benz están llevando a cabo una campaña de denuncia de los despidos, con asambleas, concentraciones frente al SEA y en la puerta de la fábrica y se están preparando  paros en los turnos de mañana y tarde para asistir al  juicio de uno de los trabajadores despedidos. La lucha de la  Mercedes Benz es la lucha de toda la clase trabajadora y desde Izquierda Revolucionaria y Sindicalistas de Izquierdas queremos manifestar nuestra solidaridad con ellos.
 
En los últimos meses hemos visto ejemplos de cómo si se puede ganar: los trabajadores de Huerta Peralta logrando la readmisión de dos despedidos en Navarra o la actitud decidida de los trabajadores de Productos Tubulares que fueron capaces de tumbar el ERE. Por eso es necesario unificar y generalizar las luchas para defender el puesto de trabajo y unas condiciones laborales y sociales dignas para toda la clase trabajadora.
  
¡Por la unificación de las luchas para responder con contundencia a los ataques de la patronal!

¡Derogación inmediata de las reformas laborales del PSOE y el PP!
 
 

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