¡El sindicato es de los afiliados, no de los popes!

Tras un primer intento —el pasado mes de enero, frustrado por la respuesta de las bases—, la dirección del Sindicato Nacional de CCOO de Galicia ha vuelto ahora a la carga contra Gumersindo Cartelle, uno de los dos abogados laboralistas de la Unión Comarcal de CCOO de Ferrol, a quien el 1 de octubre envió un burofax comunicándole su cese a partir del día 10, después de casi 30 años de servicio a los trabajadores y de todavía más años de militancia en CCOO.

Esta decisión es una clara represalia por la oposición del compañero Cartelle a los despidos de trabajadores de CCOO de Galicia aprobados por la dirección aplicando la reforma laboral del PP y por su activo apoyo a otros abogados de CCOO de Galicia en juicios contra decisiones de la dirección del Sindicato Nacional (juicios, por cierto, perdidos todos por la dirección de CCOO de Galicia).
Este cese es muy perjudicial para los intereses de los afiliados y trabajadores de toda la comarca:
1) Si la intención es dejar a CCOO de Ferrol con un solo abogado, causará un perjuicio porque es totalmente insuficiente para las necesidades que hay.
2) Y si la intención es sustituirlo por otro abogado, causará un perjuicio por la gran experiencia de Cartelle, además de ser una contradicción flagrante con las causas económicas alegadas por la dirección de CCOO de Galicia para despedir trabajadores, dado que es imposible que cualquier otro abogado le suponga a CCOO un coste menor porque Cartelle es delegado de sección sindical en Navantia-Ferrol.
Ante esta grave situación, y tras la negativa de la secretaria general de CCOO de Ferrol a convocarla pese a una petición firmada por 266 afiliados, el próximo 10 de octubre a las 7 de la tarde se celebrará una asamblea general de afiliados de CCOO de Ferrol en el salón de actos de la Unión Comarcal, para debatir el asunto y exigirle a la dirección de CCOO de Galicia que revoque este cese.

Por un sindicato de los trabajadores

El cese de Gumersindo Cartelle es el penúltimo ejemplo del burocratismo de esos dirigentes sindicales que se creen que el sindicato es suyo. Durante años hemos asistido a un proceso de paulatina “profesionalización” del sindicalismo, en el que se ha ido apartando cada vez más a las bases de la toma de decisiones, para concentrarlas en las manos de unos pocos (a ser posible, asalariados, para que así el aparato pueda tener bien controlados), que gestionan el sindicato como si fuese una empresa.
Ahora, en estos tiempos de graves ataques contra los trabajadores, los trabajadores no podemos esperar nada de esos “sindicalistas”, acostumbrados a calentar el sillón del despacho, al pasteleo con los empresarios, a pisar moqueta y a tirar de tarjeta. En CCOO sobran los “sindicalistas” como los delegados de Navantia que firmaron el convenio, como los dirigentes de la Federación Agroalimentaria que están pasteleando con Coca-Cola para violar la sentencia judicial ganada por los trabajadores de la planta de Fuenlabrada tras meses de lucha, como los dirigentes de la Federación de Servicios (donde quedó integrada la antigua FECOHT) que están al servicio de Mercadona y excluyeron a todos los delegados de CCOO en la provincia de A Coruña de la candidatura a las próximas elecciones sindicales... Y por supuesto, sobran todos los Rodolfos Benitos, sobran todos los que se han integrado en las mieles del poder para gozar de privilegios, todos los que no viven y piensan como un trabajador de a pie. Es tarea de todos los afiliados contribuir a recuperar CCOO para los trabajadores y para la lucha; para un sindicalismo combativo, de clase, democrático y asambleario; para el sindicalismo de Marcelino Camacho y de tantos y tantos hombres y mujeres honestos que lo arriesgaban todo para defender a sus compañeros.


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