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Hace unos días, Navantia anunció el desvío a Ferrol de bloques de unos petroleros que se están construyendo en la factoría de Puerto Real. Evidentemente, esta situación creaba unas condiciones propicias para aquellos que siempre andan alentando el localismo en beneficio propio. Los compañeros de GanemosCCOO de Navantia en ambas factorías se han pronunciado sobre la situación desde una perspectiva de clase, es decir, diciendo lo mismo en ambas factorías mediante un comunicado conjunto, que reproducimos a continuación.

La postura de GanemosCCOO abrió el noticiario de la TV de Ferrol el miércoles 23 (hasta el minuto 3:18): https://www.youtube.com/watch?v=FEURXOWRk2s


ANTE EL DESVÍO DE BLOQUES DE PUERTO REAL A FERROL

Navantia anunció la semana pasada que parte de los bloques del segundo petrolero Suezmax que se iban a fabricar en Puerto Real se trasladarán a Ferrol. Lógicamente, esto ha sembrado la inquietud entre los trabajadores de compañías de Puerto Real, que ven cómo la carga de trabajo disminuye. También, aunque por razones distintas, entre los empresarios de la industria auxiliar, que han puesto el grito en el cielo y ya han empezado a llamar a un frente común de toda la sociedad gaditana para impedirlo.

Ante esta situación, lo primero que debemos preguntarnos los trabajadores es cuál es el motivo de ese desvío. Y el motivo es que los trabajos, iniciados el 25 de abril, acumulan unos cuatro meses de retraso.

La causa de este retraso no es que los trabajadores puertorrealeños no quieran hacer los barcos, ni mucho menos que no sepan hacerlos. La causa es que los empresarios de la industria auxiliar de Cádiz exigen más dinero y están presionando a Navantia con el arma que tienen: la carga de trabajo.

El pulso se refleja en la prensa: “[El presidente de la patronal gaditana] ha destacado que si los contratos siguen sin ser atractivos para las empresas y Navantia no recibe ofertas, Navantia tendrá que reconsiderar su planteamiento empresarial respecto a los petroleros” (www.lavozdigital.es/cadiz, 31 de mayo). “La patronal del metal mantiene el tipo y confía que las diferencias se resolverán en breve, ya que el tiempo apremia y el contrato de obra es de 24 meses” (La Voz de Cádiz, 24 de octubre).

Los empresarios están echando este pulso porque saben que Navantia no puede construir los barcos sin la industria auxiliar, saben que Navantia depende de ellos y se aprovechan. De hecho, Navantia preveía subcontratar toda la obra de los cuatro petroleros, menos el corte y la elaboración de acero, entre otras cosas porque la plantilla propia es insuficiente para construir un barco. La dependencia de las compañías es total. Son los empresarios de la industria auxiliar los que están provocando el problema, sin importarles los empleos de sus trabajadores. Son unos sinvergüenzas, pero si están en una posición de fuerza es por culpa de la dirección de Navantia, que es la que implantó este modelo de empresa basado en la subcontratación masiva.

El plan de empresa de 1999 de la Bazán, que redujo drásticamente la plantilla, fue el inicio de la implantación de ese modelo en los astilleros militares (en los civiles había comenzado con la reconversión de 1984-85). Ese plan fue seguido por el de Izar de 2005, que tuvo exactamente el mismo objetivo. Ambos planes nos han traído hasta aquí. Desde 1999 venimos asistiendo al deterioro progresivo de las condiciones laborales en las compañías. De hecho, los compañeros de Puerto Real han formado una coordinadora (la Coordinadora de Profesionales del Metal) y están luchando para exigir el cumplimiento del convenio y también para exigir la readmisión de un trabajador despedido por significarse en la lucha.

Pero la subcontratación masiva no sólo degrada las condiciones laborales. También degrada la propia Navantia. El anuncio del traslado de bloques a Ferrol demuestra que el modelo de “astillero de síntesis” (donde la principal se encarga solamente de la gestión y deja a la industria auxiliar la fabricación) no funciona, demuestra que EL MODELO DE EMPRESA BASADO EN LA SUBCONTRATACIÓN MASIVA NO FUNCIONA. LLEGÓ EL MOMENTO DE EXIGIR SU FIN.

LA ALTERNATIVA AL RETRASO EN LOS SUEZMAX ES PRESCINDIR DE LOS EMPRESARIOS DE LA INDUSTRIA AUXILIAR —que ni que decir tiene que si quieren más dinero no es para mejorar las condiciones laborales de sus plantillas, sino para amasar todavía más beneficios— Y QUE NAVANTIA CONTRATE DIRECTAMENTE LOS TRABAJADORES QUE NECESITA PARA CONSTRUIR LOS PETROLEROS EN PUERTO REAL, como estaba previsto. Y que haga lo mismo en el resto de las factorías con los BAM, los AOR australianos y las posibles corbetas saudíes.

Esta alternativa solucionaría también otros problemas, empezando por el más grave, que son las pésimas condiciones laborales de los trabajadores de la industria auxiliar.

Pero también sería beneficioso para la empresa, tanto desde el punto de vista organizativo como financiero, puesto que no es verdad que subcontratar salga más barato. Y si la dirección de Navantia sostiene lo contrario, que lo demuestre publicando los costes de la subcontratación en los últimos buques construidos. Pero no simplemente el importe adjudicado en las licitaciones, sino el coste final: el coste de adjudicación más el coste de las ampliaciones de contrato, porque es bien sabido que el truco usado en el mundillo empresarial es ofertar a la baja y después subir ese presupuesto mediante ampliaciones de contrato discrecionales.

Coincidimos totalmente con la opinión de la coordinadora unitaria sobre el presidente de Navantia y con la exigencia de que lo cesen. Pero no nos confundamos. Un cambio de caras no es suficiente. Esto no es un problema de personas, sino de modelo. HAY QUE PONER EL FOCO SOBRE LA CUESTIÓN DE FONDO: ESTE MODELO DE EMPRESA BASADO EN LA SUBCONTRATACIÓN MASIVA Y EN UNA ORGANIZACIÓN CAÓTICA, ESTE MODELO DE EMPRESA DISEÑADO PARA HUNDIR NAVANTIA.

Conseguir este objetivo exige unidad en la lucha, pero unidad entre los trabajadores. Los empresarios gaditanos ya están cacareando la cantinela de siempre: todos los gaditanos, empresarios o trabajadores, deben unirse porque su interés es común. No es verdad. Ellos sólo piensan en sus beneficios. Lo que quieren ahora es que la fuerza de la movilización de los trabajadores se ponga al servicio de sus bolsillos particulares, con el señuelo del “todos somos gaditanos” o “todos somos ferrolanos”. Quieren que los bloques se hagan en Puerto Real para seguir parasitando la empresa pública, para seguir amasando beneficios a costa de la sangre, el sudor y las lágrimas de sus trabajadores, que les importan un rábano, como demuestran continuamente. Exactamente la misma razón por la que los empresarios ferrolanos quieren que los bloques vayan a Ferrol.

Los trabajadores no podemos caer en esa trampa, no podemos hacer caso a los cantos de sirena localistas que nos llaman a unirnos con los causantes del problema, ya sean los empresarios de las auxiliares gaditanas (para exigir que los bloques se queden en Puerto Real) o la dirección de Navantia y los empresarios de las auxiliares ferrolanas (para conseguir que se hagan en Ferrol). Lo que tenemos que hacer los trabajadores es unirnos entre nosotros para luchar unidos en defensa de nuestros intereses de clase frente a todos ellos, tanto los empresarios explotadores de las compañías como la dirección reaccionaria y antiobrera de Navantia, reivindicando carga de trabajo para todas las factorías y empleo digno para todos.


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