Los trabajadores de las principales empresas del grupo IBM en España (IBM España, IBM Global Services España e INSA) se enfrentan a una grave amenaza sobre sus empleos y sus condiciones de trabajo. A través de todos los tipos de medidas que permite la regresiva reforma laboral aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy en 2012, la dirección del grupo IBM se ha propuesto degradar las condiciones laborales de sus trabajadores, atacando de forma especial a los derechos colectivos que todavía conserva una parte de la plantilla.

La parte más llamativa de la agresión empresarial ha tomado como objetivo a la plantilla de IBM España, triplemente amenazada por un ERE que prevé el despido de 137 trabajadores, una reducción salarial del 10% para toda la plantilla y una inaplicación del convenio colectivo centrada en la suspensión desde el 31 de diciembre de 2015 de las aportaciones al Plan de Pensiones que beneficia a todos los empleados de IBM España y a aquellos empleados de la filial IBM GSE que proceden de la plantilla de la empresa matriz.

Los empleados de la filial IBM GSE no están directamente afectados por estas duras medidas, pero en cambio afrontan una segregación de 470 trabajadores del área de mantenimiento de aplicaciones a INSA, otra de las empresas del grupo IBM España. Y a esta medida se ha unido en los últimos días el inicio de una serie de despidos de trabajadores con contrato temporal, un colectivo de varias decenas de personas, muchas de las cuales llevaban trabajando en esas condiciones precarias entre ocho y diez años.

Firmeza ante el ERE

El jueves 29 de octubre finalizó el período de negociación establecido por la normativa laboral tras la presentación del ERE y la rebaja salarial de IBM España y, a pesar de las intensas presiones de la dirección de la compañía, a pesar de los “consejos” de los dirigentes de la Federación de Industria de CCOO y a pesar de que en el curso de las negociaciones la empresa ofreció retirar la rebaja salarial y mejorar sustancialmente las condiciones del ERE -en un intento de ganar la aquiescencia de los trabajadores más próximos a la edad de jubilación- los representantes de los trabajadores decidieron no aceptar el ultimátum empresarial y se levantaron de la mesa negociadora sin avalar con su firma ninguna de las medidas empresariales.

Los avatares de proceso de negociación, junto con las masivas asambleas celebradas, han servido para ir dejando patente a la gran mayoría de los trabajadores del grupo IBM los verdaderos objetivos de la empresa.

En un primer momento la opinión predominante fue que las agresivas medidas empresariales eran la respuesta a la derrota judicial de la empresa en un conflicto relativo al Plan de Pensiones que tradicionalmente beneficiaba a toda la plantilla de IBM España y que la empresa decidió unilateral e ilegalmente alterar en 1993. Veinte años después, en noviembre de 2013, el Tribunal Supremo dictó una sentencia definitiva sobre el tema y obligó a IBM a reponer el Plan de Pensiones a todos los trabajadores activos en esa fecha. Esta importante victoria judicial de los trabajadores significó que la empresa debería realizar un importante desembolso económico y por ello, desde el momento mismo en que IBM anunció sus tres medidas, estuvo meridianamente claro para todos sus trabajadores que se trataba de una represalia por su derrota judicial y un intento de forzar a la plantilla bajo la amenaza de despidos y de una bajada salarial a renunciar definitivamente a los derechos garantizados por su Plan de Pensiones.

En consecuencia, la posición inicial de los representantes sindicales fue la de proponer a la empresa que retirase tanto el ERE como la rebaja salarial, y que la negociación se centrase en buscar un acuerdo respecto a la cuantía que la empresa debería aportar para cumplir la sentencia judicial.

En las asambleas celebradas pocos días antes del final del período de negociación los trabajadores de IBM aceptaron rebajar entre un 20 y un 40% el coste del plan de pensiones, siempre que la empresa retirase tanto el ERE como la rebaja salarial. El temor a enfrentarse por primera vez en la historia de IBM España a un despido colectivo en las peores condiciones establecidas por la reforma laboral del PP pesó de forma decisiva en el ánimo de la plantilla y, con más resignación que entusiasmo, se aceptó sacrificar una parte de los derechos reconocidos tras años de litigio judicial.

Pero esta disposición de la plantilla a aceptar recortes en sus futuras pensiones fue inútil ante la intransigencia de la empresa. Envalentonados por las facilidades que de forma generalizada ofrecen los dirigentes de CCOO y UGT para aceptar EREs sin lucha, la dirección de IBM España planteó un órdago, exigiendo que los importes a percibir del plan de pensiones se redujeran en porcentajes que en el caso de los trabajadores de menor edad rozaban el 90%, y negándose, además, a retirar el ERE.

Pero esta vez pincharon en hueso. La representación de los comités de Eepresa de IBM se negó a aceptar este chantaje y no firmó el ERE. Y en las asambleas que se realizaron en los siguientes días empezó a quedar meridianamente claro para un número creciente de trabajadores que los objetivos de la dirección del grupo IBM España van mucho más allá de la liquidación del derecho a un complemento de pensión vitalicio.

¿Qué está en juego en el grupo IBM España?

La corporación IBM atraviesa en estos últimos años una situación difícil. La empresa ha dedicado una parte gigantesca de sus beneficios a masivas operaciones de recompra de acciones -una operación financiera que únicamente favorece a los grandes inversores- mientras descuidaba tanto sus inversiones en investigación e innovación como la formación y la actualización de conocimientos de sus empleados. La consiguiente pérdida de capacidad de competir ha acabado erosionando los resultados de la empresa y la dirección ha optado por hacer pagar las consecuencias de sus decisiones a su plantilla. En todo el mundo IBM ha endurecido sus ataques a los derechos laborales de sus trabajadores, e IBM España no iba a ser una excepción.

El goteo de despidos individuales, el creciente recurso a la subcontratación de trabajadores en condiciones cada vez más precarias, las presiones para extender jornadas laborales y otras medidas similares que IBM ha aplicado en los últimos tiempos, tanto en la empresa matriz como en sus filiales, han empezado a quedarse cortas. En consecuencia, la empresa ha buscado una oportunidad para asestar un golpe definitivo a los derechos de los trabajadores y a la estabilidad en el puesto de trabajo, acelerando la sustitución de trabajadores con contratos estables y relativamente bien retribuidos, por trabajadores en las escandalosas condiciones de precariedad que las dos últimas reformas laborales impulsadas por el PSOE y el PP han propiciado.

El grupo IBM España decidió aprovechar el conflicto sobre el Plan de Pensiones, un beneficio que cubre sólo a una parte minoritaria de sus trabajadores del grupo, para lanzar un duro ataque a sus plantillas, confiando en que la disparidad de condiciones y derechos laborales podría ser utilizada para fomentar la división entre los trabajadores, crear un ambiente de desmovilización y desmoralización, y facilitar así una escalada de recortes laborales masivos.

Pero los acontecimientos no están transcurriendo de acuerdo con los planes de la empresa. Lejos de amilanarse, los representantes de los trabajadores han convocado huelga en IBM España e IBM GSE, y se preparan para reforzar con la movilización las acciones judiciales que van a emprender para hacer retroceder los planes empresariales. Sin duda alguna, este es el camino que conduce a la victoria de los trabajadores. Y esa victoria será más rápida cuanto antes se consiga unir a la movilización al resto de trabajadores que prestan sus servicios en el Grupo IBM España, sean de cualquiera de sus filiales o sean trabajadores subcontratados de ese sector de empresas instaladas en la precariedad y en la sobreexplotación conocidas en el sector informático como “cárnicas”. Una acción de huelga y protesta unida y enérgica, que impacte fuertemente a los más importantes clientes de IBM España, es el mejor camino para frenar la sinrazón empresarial.

Desde GanemosCCOO hacemos llegar a todos los trabajadores y trabajadoras del grupo IBM España, sea cual sea su vínculo contractual con IBM, nuestro más firme apoyo a todas las acciones de lucha que emprendan.


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