La precariedad mata. ¡Ni un solo trabajador muerto más!

Una respuesta sindical contundente es urgente contra la lacra de los accidentes laborales en la provincia de Alicante y en el País Valencià.

 

El trabajador Iván Covelo de 32 años falleció, el 30 de noviembre de 2017, al ser atrapado por un carro automatizado, mientras realizaba tareas de mantenimiento en la fábrica de Helados Alacant en San Vicente del Raspeig, propiedad de la empresa A.I.A.D.H.E.S.A.     

El informe de los técnicos de prevención advierte que la empresa ha cometido todo tipo de irregularidades en cuanto a la seguridad de los trabajadores y las subcontratas. Según los servicios de prevención de riesgos laborales de Helados Alacant, en un informe del 15/12/2009, la zona donde se encontraba este trabajador debería estar separada por una barrera de seguridad. Además, en el informe realizado después del accidente en febrero de 2018, se ha descubierto que el resto de medidas de prevención señaladas en el informe de 2009 no fueron tomadas en cuenta y todas estas anomalías fueron la causa del accidente.

En la actualidad este caso está pendiente de juicio, pero la previsión es que éste no se produzca en los próximos meses debido a la inoperancia del juzgado de Sant Vicent del Raspeig y a que la inspección laboral no ha presentado sus conclusiones y acusación al juzgado. Después de un año de este lamentable accidente, sigue sin haber ningún responsable.

En el País Valencià, según datos oficiales del Institut Valencià de Seguretat i Salut en el Treball INVASSAT, fueron 65 los accidentes mortales desde julio de 2017 a junio de 2018; en estos 12 meses han aumentado en 19 los casos respecto al periodo anterior, lo que supone un incremento del 41,3%. El índice de incidencia de los accidentes mortales fue de 4,3 casos por cada cien mil trabajadores expuestos, lo que representa un incremento del 34,7%.

En el caso de la provincia de Alicante la siniestralidad laboral se ha disparado de manera alarmante, sin que los sindicatos hayan hecho ningún tipo de movilización para denunciarlo. Así, entre enero y septiembre de 2017 se produjeron 13.051 accidentes laborales, 700 más que en el mismo período del año anterior. Y eso que en 2016 ya se incrementaron un 8,7% los accidentes laborales respecto a 2015; en 2014 se produjeron 496 accidentes más que en 2013, por lo que el incremento fue del 4,9%, y en 2013 hubo 147 accidentes más que en el año anterior.

Los accidentes de trabajo han aumentado cada año desde la entrada en vigor de la contrarreforma laboral de 2012. El trabajo es más precario, temporal y cada vez hay más presión en los ritmos de trabajo y una mayor subcontratación. Bajo el gobierno del PP también se ha profundizado la relajación de las empresas en cuanto a la falta de prevención y a la falta de contundencia de la Inspección de Trabajo. Por su parte, el nuevo gobierno del PSOE con Pedro Sánchez no ha derogado la contrarreforma laboral que fue ampliamente rechazada por los trabajadores ya que empeoraba drásticamente las condiciones laborales.

Los trabajadores tenemos que organizar nuestras fuerzas mediante un sindicalismo combativo. La paz social no ha hecho más que contribuir al desplome del poder adquisitivo, al incremento de los trabajos precarios y al aumento exponencial de los accidentes y, entre ellos, los más graves. Movimientos como la marea verde, la marea blanca o la lucha de los pensionistas han demostrado que la única forma de revertir los ataques en materia laboral es la movilización y la convocatoria de una huelga general.

Es responsabilidad de los sindicatos de clase y sus delegados sindicales luchar contra esta lacra, ya que no están ocupando el lugar que le corresponde contra la siniestralidad en el trabajo. Para responder correctamente a esta masacre y conseguir un trabajo seguro con condiciones y convenios dignos es, más que nunca, necesario un sindicalismo combativo.


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