Por una huelga general en Bizkaia en defensa de los puestos de trabajo. ¡Nacionalización del astillero ya!
La Naval es el mayor astillero de Euskal Herria y una de las empresas emblemáticas de la industria de Ezkerraldea. Llegó a tener 3.000 trabajadores en plantilla y de sus gradas han salido algunos de los barcos más grandes del mundo. Después de más de un año en proceso concursal está a punto de cerrar como ha ocurrido con tantas otras empresas de la comarca, dejando a 180 trabajadores en la calle y comprometiendo el futuro de 400 empresas auxiliares que dependen directamente del astillero y que dan trabajo a su vez a otras casi 2.000 personas.
La Naval tiene su origen a finales del siglo XIX y en sus más de cien años de historia ha construido más de 200 barcos. Símbolo de la industria vasca, sus trabajadores han protagonizado algunos de los mejores ejemplos de lucha del movimiento obrero de Euskal Herria, en especial a partir de las reconversiones del sector que se inician a partir de los años 80 de la mano del Gobierno de Felipe González y que se llevaron por delante el otro gran astillero vasco, el Euskalduna. La estrategia compartida por aquel Gobierno del PSOE y por el Gobierno vasco del PNV de sacrificar la industria en favor de las actividades de servicios sacudieron de lleno a La Naval, que con la complicidad de dirigentes sindicales de CC.OO. Y UGT fue perdiendo peso y reduciendo la plantilla hasta acabar pasando a manos privadas en 2006.
La privatización, pese a contar con un amplio rechazo en Euskal Herria y dentro de la propia plantilla, contó con el apoyo del PNV y de nuevo no tuvo contestación por parte de CC.OO. Y UGT, que aceptando una nueva tanda de prejubilaciones dieron por buena la salida de La Naval de la Sepi (sociedad industrial estatal) junto a otros tres astilleros del Estado. De esos cuatro astilleros privatizados La Naval ha sido el que más ha durado con vida ya que tanto Gijón, Sevilla y la fábrica de motores de Manises acabaron cerrando mucho antes, lo que demuestra el grave error y las trágicas consecuencias que supuso el paso a manos privadas.
Es cierto que los accionistas privados de La Naval (Murueta e Ingeteam) han cometido graves errores de gestión, como la contratación de cuatro barcos a la vez sin la suficiente previsión de recursos y tiempo, pero la quiebra no puede explicarse solo por la mala gestión. En Euskal Herria y en especial en Ezkerraldea llueve sobre mojado. Antes que La Naval cerró Babcock Wilcox, los Altos Hornos y otras muchas fábricas de gran tamaño. Ha habido una decisión política por parte de los diversos gobiernos estatales y del PNV de abandonar los sectores industriales para construir una sociedad basada en la construcción y el turismo que da muchos más beneficios y mucho más rápido a las grandes familias de capitalistas vascos ligados al PP y al PNV. En los últimos meses han sido unas cuantas las empresas industriales de Euskal Herria que se han visto al borde del cierre como ha sido el caso de General Electric en Ortuella, de la ACB de Sestao (antigua Altos Hornos), de la papelera CEL o de Vicrila, en Leioa. Algunas han logrado sobrevivir pero con despidos y duros sacrificios por parte de los trabajadores.
Por eso desde Ezker Iraultzailea pensamos que el problema de La Naval no es un asunto aislado. Los problemas de gestión (que en realidad esconden el trasvase de beneficios millonarios a los bolsillos de los industriales capitalistas), la competencia de países asiáticos y otras excusas que ponen los gobiernos del PSOE y del PNV reflejan su poco interés en mantener la industria pesada. La Naval tiene que volver a manos públicas y volver a integrarse en Navantia, como piden los trabajadores y algunos sindicatos. El Gobierno español tiene que responsabilizarse de mantener todos los puestos de trabajo en Sestao. También es necesario integrar en la red de Navantia los 2.000 trabajadores de la industria auxiliar. Durante todo este tiempo y sobre todo desde la privatización, las empresas auxiliares ha servido para hacer el mismo trabajo que se hacía en el astillero en los años 80 pero a un menor coste, atacando las condiciones laborales, y dividiendo a la plantilla para debilitar su lucha.
También denunciamos la actitud del Gobierno vasco, que durante los últimos meses ha chantajeado al comité pidiendo que no hiciera ruido en las calles y en los medios de comunicación para no espantar a armadores e inversores. Aceptar este chantaje de la derecha, ha significado enterrar el astillero. Las buenas palabras del PNV y la presencia de sus alcaldes en las movilizaciones tratan de enmascarar el poco interés real que tienen los empresarios vascos en mantener el empleo en la industria. Han planteado que Europa no permite este tipo de rescates o nacionalizaciones, y que además se ha demostrado que eso no es eficaz y que no funciona. Ponen excusas y miran a otro lado. Lo que sí se ha demostrado es que la privatización es un fracaso total, y que la administración del PNV siempre ha defendido y continúa defendiendo los beneficios e intereses de los grandes empresarios frente a la clase trabajadora.
El problema va más allá de la Naval. Bajo el capitalismo hay miles de puestos de trabajo industriales en peligro en Euskal Herria, en el Estado español y en toda Europa. Defendemos una acción sindical contundente, que mire más allá de La Naval y unifique las luchas de todos los trabajadores de empresas en crisis de Ezkerraldea de cara a extender una huelga general en toda la industria de Bizkaia y de Euskal Herria. Es necesario crear una coordinadora de trabajadores en Ezkerraldea, para que los propios trabajadores sean los que planifiquen, decidan y extiendan la lucha bajo métodos democráticos y asamblearios. Hemos visto cómo la huelga indefinida de la plantilla de Productos Tubulares es el mejor ejemplo de cómo sólo la acción sindical contundente, basado en la organización y la iniciativa de los propios trabajadores, sirve para parar los pies a los empresarios.
¡La Naval Publikoa!
¡Nacionalización del astillero en defensa de todos los puestos de trabajo!
¡Hay que extender la lucha a toda la industria!