Todos a las manifestaciones el lunes 16 de abril

Desde GanemosCCOO hacemos un llamamiento a participar masivamente en las manifestaciones convocadas por la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones el lunes 16 de abril, a todos los trabajadores y trabajadoras, pensionistas y a la juventud, que también sufrimos los recortes, el paro y la precariedad a las que nos aboca este sistema.

Ese mismo día la Coordinadora se ha propuesto presentar en los ayuntamientos de todo el país una moción contra el Plan Paneuropeo de Pensiones Individuales que la Comisión Europea pretende aprobar como Reglamento en julio. Representantes de la Coordinadora explican que “este producto implicaría un aumento de la desgravación fiscal y una promoción por parte de los Estados de los planes de pensiones individuales, lo que choca frontalmente con el mantenimiento del Sistema Público de Pensiones. La Unión Europea apuesta claramente por un empobrecimiento del Sistema Público de Pensiones en favor de los planes privados, que favorecerán a la población de mayor poder adquisitivo“.

Debemos echar al Gobierno del PP

A pesar de las lamentables declaraciones del exsecretario general de CCOO, el renegado José María Fidalgo, en las que decía con toda naturalidad que “la única forma de garantizar el sistema de pensiones es que siga gobernando el PP, todo lo demás son zarandajas”,   la primera condición para lograr unas pensiones dignas para todos es expulsar al PP del Gobierno.

La paz social impuesta artificialmente por los dirigentes sindicales de CCOO y UGT, más preocupados por mantener la estabilidad económica y política del sistema capitalista, y dar balones de oxígeno al Gobierno del PP, que por la defensa de los más oprimidos, está siendo rota, como en su día lo fue por el 15-M, por movimientos organizados desde abajo, como el que dirigió la huelga general feminista el pasado 8 de marzo, o como el que encabeza la propia Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones.

Las convocatorias por parte de CCOO y UGT de acciones en “defensa de las pensiones públicas”, no son más que un intento desesperado, artificial y burocrático de hacerse notar y ponerse a la cabeza de un movimiento, el de los pensionistas, que no han generado ellos; y no lo han hecho porque su estrategia general es la desmovilización y porque hoy en día no tienen ni el prestigio, ni la autoridad, ni la credibilidad para ser un referente para los colectivos que quieren luchar de verdad, como demuestra la baja asistencia a las “movilizaciones” que están convocando. Además todavía está fresca en la memoria de todos la firma del pacto de las pensiones, en 2011, con el Gobierno de Zapatero, con el que se atrasaba la edad de jubilación a los 67 años.

El descontento social es muy intenso y pugna por salir a la superficie. Y como no podía ser de otra manera después de años de pactos con el Gobierno del PP y la CEOE, CCOO y UGT no están jugando ningún papel en la ola de movilizaciones que está empezando a desarrollarse. Su credibilidad entre los trabajadores y trabajadoras, jóvenes, pensionistas, etc, es inexistente.

Los pensionistas, al igual que las mujeres trabajadoras, han salido a la lucha sin contar con CCOO y UGT.

Las pensiones públicas están en peligro

La indignación de los pensionistas está más que justificada y hartos han dicho basta y se han puesto en pie de guerra.

El detonante de la movilización ha sido la aprobación por parte del Gobierno del PP, por quinto año consecutivo, de una escandalosa y ridícula “subida” del 0,25% de las pensiones, ahondando en la pérdida de poder adquisitivo de uno de los sectores más empobrecidos de la población. Los escasos dos euros que supone esta subida contrastan claramente con la subida del 12% del precio de la luz o del 10% del gas.

Aun así la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, tiene el desparpajo de afirmar que los pensionistas tienen ahora más poder adquisitivo que antes de la crisis. Pero la realidad es tozuda: de los 9 millones de pensionistas, más del 50% cobran menos del SMI, el 38% vive bajo el umbral de la pobreza y hay un 34% de familias cuyo único ingreso son las pensiones. Además, el propio FMI estima que los nuevos jubilados perderán un 30% de su capacidad adquisitiva.

Indudablemente, detrás de la fuerza de esta movilización está la percepción de que el Gobierno del PP ha dilapidado la “hucha de las pensiones” —el Fondo de Reserva cuenta con algo más de 8.000 millones de los 66.815 que llegó a tener en 2011— para hacer frente al rescate de la banca o de las autopistas. Y también que este Gobierno de corruptos al servicio del sector financiero tiene en su agenda como objetivo central la destrucción del sistema público de pensiones.

El plan para privatizar las pensiones definitivamente ya estaba diseñado y habían empezado a ejecutarlo. El pasado 9 de febrero, el Gobierno aprobó nuevas medidas para incentivar los planes de pensiones privados. Efectivamente, después de la privatización de la educación, de la sanidad o de la dependencia, ahora le llega el turno a las pensiones públicas. Pero el estallido de la lucha de los pensionistas ha obligado al PP a cambiar de discurso, en un intento desesperado de desactivar un conflicto que amenaza con contagiar a todos los sectores y con la vuelta al ambiente de rebelión social de 2012-2014.

Los pensionistas están marcando el camino: el único posible, el de la movilización, cuanto más contundente y masiva mejor. Ninguno de los derechos sociales que tenemos se ha conseguido sin lucha. Además, la lucha por unas pensiones dignas es, sobre todo, una lucha por las futuras generaciones. ¡Este es el camino! Hay que ampliar la protesta en las calles sumando a cada vez más sectores, ampliando la plataforma reivindicativa con la exigencia de no más precariedad, por un empleo digno, acceso a la vivienda, sanidad y educación públicas de calidad, el fin de la represión de los derechos democráticos, y preparar las condiciones para organizar una gran huelga general.

Derogación de las reformas de pensiones del PSOE y PP. Restablecer la jubilación ordinaria a los 65 años

Revalorización automática de las pensiones en relación al IPC real. Recuperación de lo perdido desde 2011.

No a la privatización del sistema público de pensiones. Por una pensión mínima de 1.100 euros. No a la brecha de género en las pensiones.

Basta de recortes sociales. Prohibición de los desahucios por ley.

Derogación de las contrarreformas laborales. ¡Por un empleo y unas pensiones dignas!


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